Los ejércitos de Africa, que solían ser la niña mimada de los presupuestos, empiezan a sentir los efectos de las políticas de reducción del sector público que vienen de la mano de las reformas económicas.
En Tanzania, el gasto militar absorbe 35 por ciento del presupuesto nacional, actualmente en la franja de 1.200 millones de dólares.
Bajo la presión de las instituciones financieras internacionales, que impulsan el traslado de fondos del gasto militar al más productivo sector social, el gobierno ha indicado que reducirá el tamaño las fuerzas de defensa, que actualmente cuentan con 40.000 efectivos.
En el vecino Uganda, los soldados más jóvenes han sido licenciados y enviados a las escuelas.
Congo ha lanzado un plan para convertir a sus soldados en agricultores y trabajadores del desarrollo, a iniciativa de un ex oficial mercenario belga.
En Mozambique, la terminación de la guerra civil produjo una drástica reducción del número de efectivos en el nuevo ejército nacional unificado.
Sin embargo, también hay en esto una trampa. "Lo que ocurre es que los gobiernos africanos ahora gastan más en equipos", reveló Digby Waller, economista de la defensa del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Londres.
Las importaciones de grandes armas convencionales, que crecieron de 1983 a 1987 y volvieron a declinar hasta 1992, están subiendo nuevamente. "La tendencia actual es tener ejércitos más pequeños pero bien equipados, y esto requiere dinero", explicó Waller.
El gobierno de Uganda, por ejemplo, que enfrenta una acción guerrillera en el norte, se empeña en tener una fuerza menor pero mejor entrenada, y se ha embarcado en un programa de gastos para proporcionarle un mejor armamento.
La Sudáfrica post-apartheid se encuentra en el proceso de desmantelar una enorme industria militar que llegó a construir seis armas nucleares. Pero el ejército tiene que experimentar una expansión -al unificarse con otras fuerzas que por décadas fueron sus enemigos- antes de llegar a una contracción numérica.
El tamaño del ejército crece a medida que se van integrando los 30.000 efectivos de los territorios antes segregados y de los viejos movimientos de liberación. El plan supone un aumento del presupuesto de defensa, de 2.300 a 2.500 millones de dólares en los próximos tres años, antes de ser reducido. (FIN/IPS/tra-en/lm/gm/oa/arl/ip/96)