/1 DE MAYO/CHINA: Fabricar zapatos cuesta noches de insomnio

Con las manos desnudas y desprovistas de cualquier tipo de protección, decenas de miles de jóvenes mujeres chinas encolan y aplican suelas en fábricas de zapatos diseminadas en esta provincia sudoriental.

Al finalizar la jornada, sus manos manchadas por la colka duelen y muchas se quejan de vahidos y tambien de dolor de cabeza. Otras dicen que, agotadas como están, no consiguen dormir por la noche.

Esas mujeres, advirtieron representantes de los sindicatos, están sufriendo los síntomas iniciales del envenenamiento de benceno y, pese a que muchas lo saben, no pueden permitirse dejar el trabajo.

"Sentí vahidos y fatiga seis meses despues que comencé a trabajar en la fábrica", dijo Xiang Jong'e, de 40 años, que está empleada en un establecimiento taiwanés en Quanzhou.

Señaló que la gerencia de la fábrica autorizó un exámen médico al final del cual su jefe le dijo que todo estaba en orden. Eso ocurrió hace varios meses y el resultado de la revisación quedó en manos de la administración. "Hasta ahora no lo he visto".

En el interin, Xiang dijo que se acostumbró al dolor de las manos y los vahidos, y no tiene intención de regresar a su empobrecida provincia natal de Jiangxi.

Funcionarios sindicales dijeron que probablemente los exámenes habrían revelado muy poco de los efectos de la continuada exposición al benceno y sus derivados, tolueno y xilene, que son los principales elementos en las colas y solventes orgánicos usados en la aplicación de suelas de zapatos.

"El envenenamiento de benceno tiene un largo período de incubación", previno Chen Meicang, titular del sindicato local en Putian, conocida en China como "la ciudad de los zapatos". "¿Quién puede decir lo que le ocurrirá a esas obreras dentro de pocos años?".

En las etapas iniciales, aquellas envenenadas con benceno sufren vahidos, insomios y dolor de cabeza. En estado avanzado puede causar cáncer a la sangre y la muerte.

Solo en los últimos años, los sindicatos controlados por el Estado comenzaron a controlar los efectos sobre aquellos que están en directo contacto con las colas para zapatos.

Las investigaciones demostraron que en los ultimos años del auge de la industria del calzado, al menos 25 obreras fueron hospitalizadas por envenenamiento de benceno y dos murieron por cáncer sanguíneo.

"Mientras se obtienen beneficios de esas fábricas, las trabajadoras padecen pésimas condiciones de trabajo", sostuvo Tang Kebi, directora del Departamento de Asuntos Laborales de Mujeres en la Federación de Sindicatos de China.

Kebi se unió a un equipo de representantes sindicales en un reciente viaje de inspección en 12 fábricas de la provincia de Fujian y quedó consternada con lo que vió.

"En las empresas mixtas que visité, ví que todas las mujeres estaban en directo contacto físico con las colas, sin máscaras ni guantes para protegerse", indicó.

Los funcionarios sindicales dijeron que están en falta tanto los propietarios negligentes de las fábricas como los trabajadores ignorantes. Por ley, los establecimientos deben proveer a sus empleados de todos los elementos de seguridad necesarios.

"Jamás nadie me ofreció guantes", aseveró Liu, de 18 años. "En cuanto a la máscara protectiva, me descompone, así que opté por no usarla".

Liu figura entre los 67.000 trabajadores, la mayor parte mujeres con edades entre 18 y 30 años, empleadas en fabricas de Putian, que produce anualmente 100 millones de pares de zapatos. Otras 45.000 mujeres estan empleadas en líneas de producción en fábricas de Quanzhou y Fuzhou, la capital provincial de Fujian.

Solo en la ciudad de Putian, la industria del calzado consume 3.000 toneladas de colas, casi un cuarto de la entera provincia.

De 20 establecimientos conocidos por estar a la cabeza en el consumo de colas, 19 son empresas mixtas con compañías taiwanesas y emplean a 8.000 mujeres que diariamente estan en contacto con el benceno.

Cientos de obreras elevaron quejas a los sindicatos locales, si bien los representanets gremiales admitieron que la mayoría de los casos no están debidamente registrados. "El envenenamiento de benceno es un serio problema en la provincia", señaló Tang. "Necesita ser contrarrestado urgentemente".

El sindicato debió entrar en acción a raíz de una serie de informes de prensa negativos, publicados en el oficialista "China Women News" a comienzos de este año.

En virtud que el 90 por ciento de las fábricas son empresas mixtas con inversores taiwaneses, la prensa occidental también se ocupó del problema en el marco de las tensiones entre Beijing y Taipei.

Sin embargo, funcionarios sindicales afirmaron que los resultados de diversos estudios en los últimos años probaron inequívocamente los peligros diarios afrontados por los obreros en la industria china del calzado.

Entre 1993 y 1995, las autoridades sanitarias de Putian realizaron estudios en 10 fábricas y comprobaron que la densidad de niveles de benceno en el aire eran, en algunos casos, casi cuatro veces superiores a los permitidos.

"Los deficientes sistemas de ventilación son la causa principal de esos altos niveles de densidad de vapores de benceno en los talleres", apuntó Weng Yibaio, vicealcalde de Putian.

Aseguró que las autoridades locales habían estado tratando de ejercer presión sobre los gerentes de las fábricas para que los trabajadores usen equipos de protección y se instalen modernos depuradores de benceno desarrollados por el Ejército Popular de Liberación (PLA).

En la actualidad, algunas fábricas han instalado cañerías de escape y otras dieron a los obreros ventiladores eléctricos, pero nada de eso ha servido, lamentó Weng. Dijo que las tuberías de ventilación no tienen la potencia suficiente para depurar el aire del vapor de benceno y, en última instancia, tambien contaminan la atmósfera de la ciudad.

Por el contrario, dijo que el PLA ha venido con una nueva tecnología que no solamente extrae el vapor de benceno de los talleres de las fábricas, sino tambien lo quema antes de descargarlo. El equipo cuesta el equivalente de 14,50 dólares.

Weng dijo que antes de fín de año, las administraciones de las fábricas deberán haber instalado depuradores so pena de ver revocadas sus licencias para operar en Putian. Acotó que las autoridades eran concientes del problema de desempleo que surgiría si los inversores taiwaneses se marchaban, pero dudó que eso pudiera realmente ocurrir.

Kebi dijo que, con la vigorización de las leyes laborales, el próximo paso debería ser educar a los obreros de las fábricas acerca de los peligros a que están expuestos diariamente. "Una vez que tomen conciencia del cuidado de sus propias vidas y del ambiente, nadie los ignorará como ocurrió hasta ahora", expresó. (FIN/IPS/tra-en/cy/cpg/ego/pr-lb)

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