VIETNAM: Comunistas continúan ritmo lento pero seguro de reformas

El Partido Comunista de Vietnam seguirá adelante con su programa de reformas de libre mercado a su propio ritmo, el cual excluye la venta inmediata de empresas estatales, según establece un documento oficial.

El informe, preparatorio del congreso anual del partido, a realizarse en junio, define un ambicioso programa de medidas económicas y sociales con el fin de transformar a Vietnam, uno de los países más pobres del mundo, en una nación industrializada antes del 2020.

El informe promete mayores esfuerzos para erradicar la burocracia y la corrupción, y sugiere un debate sobre los miembros del partido gobernante y sus familias que participen en negocios, pero descarta en el corto plazo cualquier privatización del sector estatal.

A pesar del programa de reformas iniciado a fines de la década de 1980, los integrantes del partido, estimados en 2,1 millones, continúan dominando todas las facetas de la vida económica y social de Vietnam.

La vasta mayoría de los miembros del gabinete y alrededor de 92 por ciento de los 295 de la Asamblea Nacional están afiliados al partido.

Aunque en cierta parte el informe del comité central critica el lento ritmo de los esfuerzos por privatizar empresas del Estado, en otra respalda al sector estatal como base de la economía, en cuyo 60 por ciento participa.

Asimismo, el documento maneja la idea de establecer células partidarias en empresas mixtas, y a la vez estimula a las firmas estatales a vender acciones a sus empleados, respaldando cautamente la creación de un mercado de valores.

Los elogios a los avances económicos y diplomáticos en la atracción de la inversión extranjera son suavizados con numerosas referencias a los peligros de la "evolución pacífica" -palabras codificadas de Hanoi sobre los efectos negativos de la política de puertas abiertas.

También propone pasos para preservar la naturaleza de clase trabajadora de los integrantes del partido, mientras reconoce la necesidad de reclutar miembros del ambiente académico y con capacitación técnica.

"El documento deja la puerta abierta a varios posibles resultados del próximo congreso", dijo un diplomático en Hanoi, y añadió que "aleja la tensión de posibles conflictos, llegando a declaraciones muy amplias".

Los analistas especulan con intentos de encubrir rupturas fundamentales en el seno del Partido Comunista antes de la celebración de su octavo congreso.

Hay señales de que los conservadores agrupados en torno a las alas ideológica y militar del partido presionan para evitar los cambios considerados necesarios por los reformistas para cumplir con las nuevas obligaciones internas e internacionales de Vietnam.

Las reformas incluyen la reducción de la participación del partido en cada decisión gubernamental, y la instalación de un sistema legal bajo el cual todos los funcionarios, incluyendo los del partido, puedan ser enjuiciados por corrupción y otros delitos.

Además de reconciliar las diferencias entre la línea dura y quienes favorecen un rápido cambio económico, el congreso intentará discutir el tema de que los beneficios de su crecimiento económico, que en 1995 alcanzó casi nueve por ciento, lleguen a los pobres rurales.

Alrededor de 69 por ciento de la inversión extranjera directa se dirige a Hanoi y Ho Chi Minh, pese a que la población urbana comprende 80 por ciento de los 66 millones de habitantes del país, produce 65 por ciento de sus exportaciones y representa 25 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Durante los últimos meses, el partido subrayó la importancia del "crecimiento con equidad".

Esta preocupación está presente en el secretario general del partido, Do Muoi, un revolucionario veterano, a cargo de la transformación socialista en el norte en la década de 1950, y en el sur después de 1975. (FIN/IPS/tra-en/an/cpg/lp/ip/96)

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