VENEZUELA: Instituciones apoyan ajuste económico, el pueblo no

El drástico ajuste económico que comenzó para Venezuela el lunes es apoyado por las instituciones pero no por la población, según los primeros sondeos divulgados hoy.

Una encuesta de la firma Gallup para el diario El Universal de Caracas recogió rechazo y escasa confianza en las medidas de ajuste, vistas además como tardías, contrarias a la oferta electoral del presidente Rafael Caldera e insuficientes para descartar un estallido social.

Un "sondeo multimedia" (radio, televisión, Internet y el diario El Nacional) arrojó que para 67,2 por ciento de los 1.114 encuestados las medidas no ayudarán a solucionar la crisis, en tanto sí contribuirán según el restante 32,8 por ciento.

Venezuela arrastra tres años de recesión de su economía no petrolera, la inflación más alta de América Latina (anualizada de 78 por ciento), y caída de la inversión y del empleo, con un trasfondo de déficit fiscal y una gravosa deuda externa.

Caldera, quien asumió el poder en 1994 sin un programa económico definido, implantó controles de cambios, de precios y de la gestión bancaria, que fracasaron en su intento de reordenar y reanimar la economía, según admiten las autoridades.

El lunes comenzaron a caer los controles, la gasolina (que el Estado produce y distribuye) quintuplicó su precio, se aguarda una fuerte devaluación dentro de tres días y unas semanas después el impuesto a las ventas pasará de 12,5 a 16,5 por ciento.

El gobierno también anunció que acelerará la privatización de empresas para conseguir más recursos, insistirá en la apertura del petróleo y la minería a capitales extranjeros, y aplicará programas sociales compensatorios para los más pobres.

Según la encuesta Gallup, mejoran la situación económica la apertura petrolera (mucho 58 por ciento, poco 21), la privatización (mucho 59 por ciento, poco 20) y el cese del control de cambio (mucho 43 por ciento, poco 30).

Menos lo harán el aumento de la gasolina (mucho según 45 por ciento y poco o nada según 54), la liberación de las tasas de interés (mucho 31 por ciento, poco 37 y nada 24) y los programas sociales (mucho 30, poco 39 y nada 29 por ciento).

Las opiniones son más adversas a la devaluación del bolívar (75 por ciento en contra, 20 a favor) y al aumento del impuesto al consumo, que favorecerá mucho la economía según 26 por ciento y poco o nada según 71 por ciento.

Consultados sobre si "el pueblo en general" apoya las medidas, 35 por ciento de los encuestados respondió en forma afirmativa y 61 por ciento contestó que no.

En cambio, la Iglesia Católica apoya las medidas según 78 por ciento de los encuestados, igual que las Fuerzas Armadas según 83 por ciento, el poder económico en opinión de 71 por ciento y los medios de comunicación según de 59 por ciento.

Las medidas inspiran mucha confianza a 17 por ciento de los encuestados, bastante a 11 por ciento, algo a 24, poca a 32 y ninguna a 15 por ciento.

Al estimar los resultados posibles del ajuste, hacen mayoría quienes creen que se reactivará la economía (57 por ciento), que aumentará la inversión (68) y se fortalecerá la democracia (51).

La posibilidad de un golpe de estado fue descartada por 61 por ciento (30 lo cree posible), pero en cambio 61 por ciento cree que habrá un estallido social (32 por ciento no), y 65 por ciento considera que habrá más violencia (31 por ciento no).

Se producirán más huelgas según 84 por ciento, no aumentará el empleo según 62 por ciento (33 por ciento cree que sí) y 76 por ciento descartó que disminuya la corrupción con el ajuste.

Para 55 por ciento de encuestados este programa es igual al que lanzó en 1989 el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y debieron tomarse antes según 85 por ciento, contra sólo seis por ciento que las consideró oportunas, en tanto para otro seis por ciento "no son necesarias".

Del gabinete económico, remozado en marzo por Caldera para lanzar su paquete de ajustes, el que inspira mayor confianza es el socialista Teodoro Petkoff, ministro de Planificación (40 por ciento de encuestados), seguido a distancia por el de Hacienda, Luis Matos (16), y el de industria, Freddy Rojas (siete).

Petkoff, orador vehemente, asumió hace cuatro semanas la tarea de explicar que el ajuste es inevitable, lo comparó con la extracción de una muela, que "duele, pero es mejor que no hacer nada" y sostiene que desde el gobierno debe decirse la verdad.

El pasado y el estilo de ese ex guerrillero que fue candidato presidencial del Movimiento al Socialismo en 1983 y 1988 ocupando un lejano tercer lugar, han contribuído al éxito entre el público para quien les anuncia las más severas medidas económicas que hayan escuchado. (FIN/IPS/hm/ag/ip-if/96)

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