VENEZUELA: Gobierno impondrá ajustes "con voluntad de hierro"

Venezuela implantará "con voluntad de hierro" desde la próxima semana medidas de ajuste económico "duras pero inevitables" para detener la inflación y reanimar la inversión, afirmó hoy el ministro de Planificación, Teodoro Petkoff.

Las medidas, "suficientes y simultáneas", según dijo Petkoff, significarán libertad cambiaria tras 21 meses de control, cuadruplicación de los precios de la gasolina, alza en las tasas de interés y elevación de los impuestos a las ventas.

El presidente Rafael Caldera anunciará las iniciativas el lunes 15 y presentará auxilios para los sectores más desfavorecidos por unos 1.400 millones de dólares, es decir, los ingresos del Tesoro por los nuevos precios de la gasolina.

Petkoff también confirmó que "se han desatado los nudos" en la negociación de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que "existen posibilidades de suscribir un preacuerdo en un tiempo relativamente breve".

Venezuela solicitó al FMI 3.000 millones de dólares para apuntalar sus reservas, así como aval para que otros organismos multilaterales apoyen al sistema financiero y aporten recursos para programas de desarrollo social.

Petkoff, de 64 años, ex guerrillero y socialista de toda la vida, es ministro desde hace tres semanas y asumió la tarea de explicar a todos los sectores el nuevo programa de ajustes, después de dos años de gestión Caldera marcados por controles, dirigismo e incoherencia entre planes y medidas.

El resultado ha sido recesión de la economía no petrolera, crecimiento del desempleo (que pasó de ocho a 11 por ciento, oficialmente), inflación anualizada superior a 70 por ciento, caída de la inversión y déficit fiscal entre cinco y siete puntos del Producto Interno Bruto (PIB).

Caldera, constante crítico de la "insensibilidad social" del FMI, ante el que Venezuela no se arrodillará, según dijo en junio de 1995, dio un golpe de timón que deja atrás el gradualismo económico, que desde su campaña electoral en 1993 ejemplificaba la defensa de precios subsidiados para la gasolina.

En diálogo con corresponsales extranjeros este miércoles, Petkoff comparó al ajuste con la extracción de una muela enferma. "Va a doler, pero peor será dejar la economía como está y no hacer nada", dijo.

Aseguró que para aplicar el nuevo programa las autoridades tienen "coraje y determinación. El presidente tiene una voluntad de hierro y cuando se mete por un camino, se mete resueltamente".

Como único reducto del gradualismo quedaría la elevación de las tasas de interés hasta que fuesen reales positivas, es decir, superiores a la tasa de inflación, pues actualmente bordean 45 por ciento y para hacerse positivas deberían subir 30 puntos.

"En un primer momento sería contraproducente para el sistema financiero (que en 1994 vivió una crisis con quiebra de 60 por ciento de la banca comercial) que las tasas estuviesen por arriba de la inflación", argumentó Petkoff.

El alza demasiado brusca de las tasas de interés puede arrojar a la quiebra a pequeñas empresas y colocaría en la insolvencia a otros usuarios del crédito, como decenas de miles de deudores hipotecarios, previéndose medidas para reprogramar las acreencias de la pequeña y mediana industria.

En cambio, Petkoff confirmó que el levantamiento del control cambiario será total, sin restricciones sobre las cuentas corriente y de capital, lo que según economistas del Banco Central significará "quemar" en corto plazo entre 2.500 y 3.000 millones de dólares de las reservas.

"De todas maneras, tenemos un nivel de reservas confortable, de unos 10.000 millones de dólares", recordó Petkoff, aunque sólo unos 6.000 millones son líquidas u operativas.

Las autoridades económicas debatieron durante semanas sobre la necesidad de mantener controles sobre la cuenta de capital, pero el nuevo esquema será de apertura total, dijo Petkoff.

Se producirá, por otra parte, una devaluación lineal para establecer una paridad única "que dictará el mercado y estará, naturalmente, más cerca del tipo de cambio paralelo que del oficial actual".

La tasa cambiaria oficial es de 290 bolívares por dólar desde hace cuatro meses -ya entonces el bolívar cayó 70 por ciento- y el cambio paralelo, según el mercado de bonos Brady de la deuda externa venezolana, supera los 470 bolívares.

"Al principio los precios registrarán un impacto importante, pero luego la inflación cederá", aseguró Petkoff. Sus estimados son de alzas récord en la década, de 14 a 16 por ciento en mayo y junio, para descender a cerca de dos por ciento en diciembre.

En el terreno social, Petkoff sostuvo como su preocupación "el 80 por ciento que vive en la pobreza, pues no puede cubrir todas sus necesidades", y destacó que hacia allí irán compensaciones que equivalen a dos por ciento del PIB.

Las compensaciones elevarán hasta 17 dólares mensuales el auxilio alimentario que reciben dos millones de familias pobres, con la mitad de los 22 millones de habitantes del país.

El transporte público de pasajeros, en manos de transportistas independientes, recibirá un subsidio directo por 75 por ciento del combustible que consuma, y Petkoff dijo que se aumentarán los programas de distribución de alimentos a precios por debajo del mercado entre sectores populares.

Los venezolanos, con un ingreso mínimo de 180 dólares mensuales – pero sólo la mitad de quienes trabajan lo hacen en el sector formal de la economía- deben destinar hasta 80 por ciento de sus ingresos a comprar alimentos.

Petkoff dijo confiar en "la sensatez del país y en su capacidad de comprensión" de que no se debe "prolongar esta agonía", en alusión a la posibilidad de un "estallido social", temido en otras esferas del gobierno.

Fuentes del Ministerio de Defensa dan cuenta de que los dispositivos antimotines de las policías y la militar Guardia Nacional han sido reforzados y que las emergencias de los hospitales de Caracas reciben nuevas dotaciones.

Petkoff dijo en cambio que la dotación de los hospitales, que recibirían este mes unos dos millones de dólares en utensilios, es parte de un programa normal de reposición de materiales en esos centros de asistencia.

En 1989, cuando se implantó otro programa de ajustes respaldado por el FMI, un alza súbita de tarifas de transporte, tras elevarse los precios de la gasolina, detonó el "Caracazo", una semana de sangrientos des]ordenes y saqueos que se saldó con centenares de muertos. (FIN/IPS/hm/dg/ip-if/96)

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