La coalición tailandesa de gobierno de siete partidos, que ya lleva 10 meses en el poder, afronta una prueba de madurez porque la oposicion presentó en el parlamento una moción de censura, mientras algunas comunidades rurales realizan crecientes protestas callejeras.
Aldeanos del noreste de Tailandia han estado protestando en Bangkok la semana pasada por la denunciada ocupación de sus tierras por parte de las autoridades nacionales.
Su presencia en la capital, hasta ahora, demostró ser infructuosa porque las conversaciones con el gobierno para obtener compensaciones se interrumpieron el último fín de semana.
El Foro de Pobres, que representa a miles de aldeanos del noreste de Tailandia, dijo que los 640.000 dólares ofrecidos por el gobierno en compensación de los terrenos en la provincia de Suphan Buri eran insuficientes, y anunció que seguirá esta semana las demostraciones frente al palacio gubernamental.
El ejecutivo declaró esas tierras de propiedad pública en 1984, pero la cuestión solo cobró actualidad hace poco cuando funcionarios provinciales de Suphan Bari anunciaron planes de construcción en el lugar.
El gobierno deberá solucionar el litigio a breve plazo, antes que la protesta se extienda a otras comunidades rurales críticas a las politicas oficiales de industrialización, que tienden a ignorar la actividad agrícola tailandesa.
Las demostraciones se produjeron en un momento difícil para la coalición gubernamental que afronta una moción de censura patrocinada por la oposición contra 10 miembros del gabinete, incluído el primer ministro Banharn Silpa-Archa.
A pesar de que el gobierno sobreviviría a la moción, que será debatida a fín de abril, algunas cabezas ministeriales podrían rodar debido a cargos de incompetencia y corrupción.
La semana pasada, una comisión de trabajo de los partidos opositores presentó formalmente una lista de los ministros a los que pretende censurar, y ya hay indicios que la moción en sí misma podría causar divisiones en la coalicion de gobierno.
Una ruptura de la coalición podria perjudicar al dominante partido de Barharn, el Chart Thai, que no tiene una amplia mayoría mayoritaría. "El temor no es que caiga el gobierno sino que sobreviva como un poder inválido", declaró una fuente próxima a la oficina del primer ministro.
La coalición de Barharn, que asumió el poder en julio pasado, ha debido lidiar con un problema de imágen que no mejoró cuando el primer ministro nombró en el gabinete a dos altos miembros del Chart Thai, Narong Wongwan y Wattana Asavahem.
En aquel tiempo, Wongwan afrontó acusaciones de haber comprado votos en la consulta de julio, mientras Asavahem ha estado por largo tiempo bajo vigilancia de la agencia antidroga estadounidense, DEA, por supuestos vínculos ilegales con organizaciones de traficantes, lo cual siempre negó.
El siguiente nombramiento de Surakiart Sathirathai como ministro de Finanzas causó todavía más furor en la oposición, que cuestionó la decisión de Barharn de poner en un puesto clave del gabinete a una figura que no habia sido elegida en la votación de julio.
Además, los partidos opositores y la prensa dijeron que Surakiart no había sido una figura estabilizante en la economía nacional. Lo acusaron de la crisis del mercado bursátil el año pasado que provocó una caída de 90 puntos en tres meses.
La impopularidad de Surakiart aumentó con su renuncia de Ekamol Khiriwat como titular de la Comisión de Seguridad e Intercambio (SEC), debido a cargos -que aún deben ser probados- que filtró información privilegiada a un selecto grupo de accionistas.
El caso Ekamol ocupará seguramente un lugar destacado en la inminente moción parlamentaria, con la oposición afirmando que si el gobierno se tomó tres meses para acusar formalmente al ex jefe del SEC, se debió a que los cargos eran inconsistentes.
Otro funcionario del gabinete cuya cabeza podría estar en la picota es el viceministro del Interior, Suchart Tancharoen, quien está acusado en la moción opositora de haber utilizado su cargo para dar títulos de propiedad de tierras a parientes cercanos.
Suchart negó el cargo, como tambien otros ministros mencionados en la moción, que son acusados de recibir préstamos bancarios con intereses preferenciales en cambio de favores anteriores.
Las evidencias contra los ministros serán insuficientes para entablar procesos judiciales o la directa caída del gobierno, si bien el ejecutivo está preocupado por el espacio que ha conquistado la oposición en la prensa nacional.
"Sabemos que no podemos derribar al gobierno, de modo que nuestra estrategia será dividir a la coalición lo más posible", declaró un parlamentario opositor.
El Partido Palang Dharma, liderado por el magnate de telecom, Thaksin Shinawatra, y el Partido de Nueva Aspiración del ex comandante del ejército, general Chavalit Yongchaiyudh, son dos agrupaciones que ven como posible una división del gobierno.
Los jefes de ambas fuerzas se consideran potenciales primeros ministros y podrían decidir que sus posibilidades son mayores si hacen una limpia ruptura con una coalición tentativa.
"No vamos a pretender puestos gubernamentales a costa de nuestros principios", dijo Thaksin.
"Muchos partidos políticos tailandeses carecen de objetivos ideológicos excepto permanecer en el poder, lo cual les facilita cambiar de bando sin arrepentirse", dijo Jaran Ditapitchai, un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Rangsit.
En ese estado de cosas, dijo que el gran perdedor en cualquier tormenta política era el electorado, al cual el gobierno juró servir. (FIN/IPS/tra-en/tg/cpg/ego/ip).
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