La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió hoy un dictamen salomónico sobre la incidencia en los humanos de la llamada enfermedad de "las vacas locas", el caso que desde hace dos semanas conmueve a la población y a las economías de Europa y de gran parte del mundo.
Un grupo de científicos convocado por la OMS llegó a la conclusión de que "no hay una conexión clara" entre el mal de "las vacas locas", conocido como encefalopatía espongiforme bovina (BSE), y la Variante de la Enfermedad Creutzfeld-Jakob (V- CJD) que ataca a los humanos.
Sin embargo, la OMS agregó a continuación que "los indicios sugieren que la exposición al BSE puede ser la explicación más probable" de los 10 casos de V-CJD denunciados el 20 de marzo en Gran Bretaña.
Los científicos difundieron una serie de recomendaciones sanitarias para reducir a niveles mínimos los riesgos de exposición al agente del BSE.
El consejo básico impartido por la OMS recomienda que ninguna parte de un animal que ha presentado síntomas de encefalopatía espongiforme transmisible (TSE) pueda ingresar a la cadena alimentaria.
Todos los países, agregó la OMS, deben asegurar el sacrificio de los animales afectados de TSE y la eliminación cuidadosa de sus restos, de manera que la infección de TSE no acceda a la cadena alimentaria.
Asimismo, tendrán que revisar sus métodos de reproducción para asegurar que paralizan efectivamente a los agentes del TSE.
La crisis de "las vacas locas" repercutió principalmente en Gran Bretaña, donde el gobierno declaró que 10 casos de V-CJD aparecidos se relacionaban con la BSE.
La BSE, identificada inicialmente en Gran Bretaña en 1986, forma parte de un grupo de enfermedades degenerativas que se presentan en varias especies animales.
La transmisión de BSE al ganado se produce aparentemente por la presencia de carnes y huesos contaminados de ovejas y vacas en los alimentos concentrados.
Gran Bretaña, recordó la OMS, es el único pais con alta incidencia de la enfermedad. La epidemia parece haberse originado en el reciclaje de material bovino afectado para uso en alimento del ganado.
La OMS recomendó también la vigilancia continua y la notificación obligatoria para la BSE, conforme a las indicaciones de la Oficina Internacional de Epizootias con sede en París.
La ausencia de medidas de vigilancia incidirá en la calificación que merecerá el país con respecto a la BSE.
Otra recomendación indicó que los países donde existe la BSE no deberían permitir que los tejidos contaminados supuestamente por el agente de BSE entren en las cadenas alimentarias humana o animal.
El anuncio británico de la vinculación entre la BSE y los 10 casos de V-CJD expandió incertidumbre en la industria cárnica y los gobiernos europeos adoptaron de inmediato medidas de protección de los consumidores y de los hatos bovinos.
La Unión Europea (UE) prohibió estrictamente la semana pasada las importaciones de carne británica y excluyó a ese producto de las exportaciones comunitarias.
Los ministros de Agricultura de la UE acordaron esta semana en Luxemburgo un plan de financiación del sacrificio de unos cuatro millones de vacas, equivalentes a una cuarta parte del hato bovino británico.
Los animales que se eliminarían son los mayores de 30 meses de vida. Los criadores de ganado británicos recibirían una indemnización que la UE financiaría en 70 por ciento. (FIN/IPS/pc/dg/if-he/96)