La muerte de 11 pacientes con deficiencias renales en un hospital estatal de Panamá abrió un interrogante sobre la calidad de los medicamentos que circulan en el mercado mundial.
"Estamos aterrorizados y llenos de incertidumbre", comentó a IPS un familiar de uno de los 120 pacientes que regularmente acuden al hospital de la Caja de Seguro Social a recibir el tratamiento de hemodiálisis (riñón artificial).
Otro indicó que los familiares "quedamos impactados" cuando un enfermo renal que "nunca había sufrido del corazon" murió de infarto 24 horas después de recibir la hemodiálisis.
Anemia aguda, síndrome de desequilibrio con síncope y convulsiones, infarto e intoxicación, fueron detectados en los pacientes fallecidos y en otros que lograron sobrevivir.
"Queremos que se haga justicia a nuestros muertos y que los responsables paguen penalmente sus culpas", manifestó un portavoz de los deudos y de otros pacientes que "de milagro lograron salvar la vida".
El director de la Caja del Seguro Social, Ricardo Martinelli, prometió una prolija investigación para identificar las causas de las 11 muertes y demandar a los responsables si se comprueba que hubo negligencia.
El secretario general de la Asociación de Médicos y Odontólogos de la Caja del Seguro Social, Mauro Zúñiga, adujo que las muertes ocurrieron por el suministro de medicinas de mala calidad.
"Nuestras investigaciones preliminares indican que los concentrados dializantes Dial Medical Supply (fabricado en Estados Unidos), lote 50879C, sin fecha de producción ni de vencimiento, produjeron varias manifestaciones clínicas" entre los pacientes tratados, aseguró Zúñiga.
"Asi como se ha detectado esta irregularidad, sabe Dios cuántos medicamentos se están recetando diariamente en nuestras farmacias que no alcanzan los objetivos indicados", agregó.
La denuncia de Zúñiga fue confirmada por otros médicos del Departamento de Hemodiálisis del hospital de la Caja de Seguro Social, quienes testimoniaron que los concentrados dializantes cambiaron de color al ser suministrados a los pacientes.
La representante en Panamá de Dial Medical Supply afirmó en un comunicado que el fabricante no está obligado a establecer las fechas de producción y caducidad de ese tipo de medicamentos.
Sin embargo, Chris Lavanchy, experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), respondió al ser consultado por una comision especial que investiga el caso, que el fabricante está obligado a consignar los datos sobre la composición química y las fechas de fabricación y de vencimiento del producto.
La muerte de los 11 panameños se produjo simultáneamente con el caso de un hospital de Pernambuco, Brasil, donde 38 enfermos renales cronicos fallecieron cuando recibían un tratamiento similar.
Pero éstas no son las primeras consecuencias fatales que ocurren en Panamó por el uso de medicinas en mal estado o cuya prescripción no es recomendable en ciertas circunstancias especiales.
El presidente de la Sociedad Panameña de Padiatría, Alberto Bissot, denunció en marzo que en los últimos meses fallecieron dos recién nacidos a consecuencia de un medicamento usado en el país para el tratamiento de enfermedades gástricas.
El medicamento empleado, Misoprostol, que en Panamá lleva el nombre comercial de "Cytotec", produce en los fetos "malformaciones congénitas graves, como ausencia de manos y piernas", indicó Bissot.
El médico informó que el uso de Cytotec por mujeres embarazadas ha provocado 11 casos de ese tipo, con dos decesos.
Bissot afirmó que el Cytotec debe ser administrado bajo receta médica, debido a sus efectos abortivos en las mujeres embarazadas, pero la mayoría de las farmacias lo venden sin ningún control y a precio especulativo.
A juicio de Zúñiga, esas irregularidades ocurren debido "al descuido" en los controles de calidad de los medicamentos que ingresan al país.
El gobierno "está hablando desde hace 18 meses de modernización" del Estado, pero permite "que muera la gente por falta de control de calidad de los medicamentos que se dispensan y recetan en nuestra institución", dijo Zúñiga.
La Caja de Seguro Social proporciona atención médica y hospitalaria a más de 40 por ciento de los 2,5 millones de habitantes de este país. (FIN/sh/ff/he/96).
