SALUD: La tuberculosis vuelve a Rusia con renovada fuerza

La tuberculosis, una enfermedad que se creía controlada en Rusia, se ha convertido nuevamente en un flagelo al tiempo que la escasez de recursos económicos reduce la capacidad de los servicios de salud para combatirla.

La tasa de infección el año pasado llegó a 10 por ciento, y expertos en salud aseguran que la enfermedad amenaza la vida de millones de personas en todo el país.

La tuberculosis es una dolencia infecciosa y contagiosa causada por el bacilo de Koch, caracterizada por la formación de tubérculos en distintos órganos, principalmente en los pulmones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mata más adultos que todas las otras enfermedades infecciosas combinadas.

En todo el mundo, al menos 30 millones de personas morirán de tuberculosis en los próximos 10 años si la actual tendencia continúa, advirtió OMS. Esta enfermedad es también la principal causa de muerte entre los enfermos de sida, destacó la agencia.

Las últimas estadísticas del Ministerio de Salud y el Comité Estatal de Control Sanitario de Rusia indican que la tasa de infección por tuberculosis en 1995 fue de 57,4 casos por cada 100.000 habitantes.

Desde 1991, cuando la enfermedad reapareció por primera vez en varias décadas, la tasa de infección creció casi 50 por ciento, afirmó Ludmila Mikhailova, experto jefe del Comité.

"La principal razón del violento rebrote de esta dolencia casi olvidada en Rusia es el colapso de la medicina preventiva, que prácticamente logró erradicar la tuberculosis de la ex Unión Soviética", dijo Mikhailova a IPS.

Destacó que el avance de la enfermedad fue acelerado por una ley federal aprobada en 1992, la cual determinó que las instituciones de salud deben ser financieramente autosuficientes.

La disposición obligó a una vasta red de instituciones médicas que antes recibían ayuda del Estado a cerrar sus puertas o a abandonar el tratamiento de la tuberculosis. Además, fue eliminado el sistema nacional obligatorio de control de la tuberculosis, considerado "antidemocrático", explicó Mikhailova.

Como consecuencia, una mayor cantidad de personas quedaron expuestas a la enfermedad, y la capacidad de control de los servicios médicos sobre ella se redujo significativamente.

Let Katkov, experto del Departamento de Servicios Médicos del Ministerio de Salud, manifestó que no está satisfecho con las prácticas internacionales de tratamiento de la tuberculosis aprobadas por la OMS, ya que no incluyen un control anual obligatorio, como en el caso de la ex Unión Soviética.

El tratamiento recomendado por la OMS se denomina TOD (Tratamiento Observado Directamente), y supone la supervisión médica para asegurar la realización de un tratamiento completo con diferentes drogas.

"Está bien para los países en desarrollo, pero nosotros tenemos nuestros propios expertos que han estudiado la tuberculosis por 70 años", dijo Valentina Aksyonova, subdirectora del Centro de Investigaciones de la Tuberculosis, y opinó que la adopción de ese sistema sería un paso hacia atrás.

"Nosotros preferimos un enfoque más individualizado, especialmente con el surgimiento de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos", añadió.

Funcionarios del Ministerio de Salud atribuyen el resurgimiento de la tuberculosis a la escasez de fondos y a la pérdida de infraestructura de salud, pero especialistas que han tratado a miles de enfermos en diferentes regiones de Rusia apuntan también a causas sociales y económicas.

Aksyonova citó como factor la caída del nivel de vida, asociada al desempleo, la galopante inflación y la contaminación del medio ambiente.

La tasa de infección del noroeste del país es mucho menor que a nivel nacional, mientras en Siberia, el sudeste y el extremo oriental, tiende a ser mayor. La contaminación ambiental es la causa más probable de estas diferencias.

Una de las áreas más afectadas es Tuva, una región minera situada en Siberia oriental, donde la tasa de infección más que duplica el índice nacional. Las repúblicas norcaucásicas de Daguestán, Chechenia e Ingushetia, así como las minorías étnicas del norte de Rusia, también tienen un alto índice.

Por cada 100.000 enfermos de tuberculosis, actualmente mueren 14. La tasa de infección entre los hombres rusos es tres veces mayor que entre las mujeres, y el nivel más alto se registra entre los 40 y los 59 años.

Los niños tienen el mayor riesgo de contraer la enfermedad. La infección infantil creció 62,2 por ciento en 1995, y en algunas regiones, excede hasta 50 veces la tasa nacional. Otros grupos de riesgo son las personas sin hogar y otras víctimas de la desintegración de la Unión Soviética.

Aksyonova y sus colegas han desarrollado un programa nacional de prevención de la tuberculosis basado en la detección temprana, y están a la espera de la aprobación presidencial para iniciar el proyecto, de 125 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-en/ss/fn/ml/he/96)

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