SALUD: La OMS defiende nuevas técnicas de producción alimentaria

La cartilla sanitaria internacional más reciente despejó dudas sobre el riesgo que para los alimentos representan algunas tecnologías introducidas en el agro, como las hormonas de crecimiento, los antibióticos para animales, los pesticidas y los cambios genéticos.

El breviario, distribuido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a solicitud de la Coordinadora Europea de Agricultores, se ocupó también de la última plaga de los establos del continente, el llamado "mal de las vacas locas".

La intervención de la entidad internacional se produce en momentos en que el mercado de consumo alimentario es disputado por dos fuentes de producción: una que exalta los bienes naturales y otra que incorpora los últimos descubrimientos de la tecnología.

La polémica entre productos naturales y productos elaborados se acentuó con la aparición, en marzo pasado, en Gran Bretaña, de la "encefalopatía espongiforme bovina" (BSE), la enfermedad que diseminó alarma entre los consumidores y desestabilizó la industria cárnica.

El informe de la OMS recordó que las proteínas contenidas en los alimentos son esenciales para la salud humana. En muchas culturas y países, los productos de la carne, y en especial de vaca, constituyen una fuente de proteínas popular, accesible y eficiente.

Pero el anuncio del gobierno británico, en marzo pasado, de un posible impacto de la BSE en la salud humana, redujo el consumo de carnes vacunas y excluyó de los sensibilizados mercados mundiales a las carnes británicas.

La OMS promovió una reunión de expertos internacionales en neurología, encefalopatías espongiformes transmisibles, epidemiología, ciencias veterinarias y salud pública para analizar las evidencias científicas y formular recomendaciones.

La conferencia determinó que son bajos los riesgos para la salud humana asociados con la exposición a los agentes de las BSE de los vacunos y de sus productos.

La leche y los productos lácteos, incluidos los de los países con alta incidencia de las BSE, pueden ser considerados sanos.

Sólo los sesos y la médula espinal de los casos de BSE infectados en forma natural han mostrado alguna infección detectable de BSE.

Los riesgos pueden reducirse aún más mediante la aplicación apropiada de las recomendaciones de la OMS sobre la cría higiénica del ganado y sobre la eliminación de los restos de los animales.

La conferencia dirigió una recomendación especial a todos los países del mundo para que prohiban el uso de tejidos de rumiantes para la alimentación de las especies rumiantes.

Con relación a las hormonas de crecimiento, una junta de expertos de la OMS y de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) observó que ningún gobierno ha expresado proecupaciones por la inocuidad de esas hormonas.

Las tres hormonas naturales empleadas como activadores del crecimiento de los animales son la progesterona, la testosterona y el estradiol-17. Se usan también dos productos de síntesis con las mismas propiedades: el acetato de trenbolone y el zeranol.

El comité de OMS/FAO dictaminó que el uso apropiado de alguna de las tres hormonas naturales no aumenta el nivel de los residuos por encima de los normales y que esas cantidades son insignificantes comparadas con las hormonas que el cuerpo humano produce normalmente.

Respecto a las hormonas sintéticas, se recomendaron límites máximos de residuos en varios tejidos animales, en un nivel que se estima seguro conforme a las informaciones toxicológicas y a las estimaciones del consumo.

Por otra parte, la OMS declaró que reconoce el valor terapéutico de los antibióticos, siempre que se los emplee de manera apropiada para el control de algunas enfermedades infecciosas en animales como aves, cerdos y vacunos.

Sin embargo, previno contra el uso de los antibióticos para estimular el crecimiento de los animales y el suministro, a los animales, con fines terapéuticos, de medicamentos antimicrobianos importantes para el tratamiento de humanos.

Los dos casos, advirtió la OMS, pueden representar un peligro para la salud pública pues conducen al crecimiento de resistencias antimicrobianas en el cuerpo humano.

Del uso de los agroquímicos, la OMS recordó que se han establecido límites máximos de residuos de pesticidas en los alimentos y también de las dosis diarias aceptables para las personas expuestas a esas sustancias químicas en su alimentación.

Los alimentos producidos según las recomendaciones de la Comisión del Codex Alimentarius carecen de riesgo y ofrecen una protección sanitaria adecuada, dijo la OMS.

La OMS apuntó que la biotecnología ha sido usada durante milenios en la producción de alimentos. Casi todos los ingredientes utilizados en la producción alimentaria tienen como origen un organismo vivo, animal, vegetal o microrganismo.

La diversidad genética que surge de cambios genéticos espontáneos, incluidas las recombinaciones, las mutaciones y el aislamiento reproductor, han sido explotadas desde que los primeros campesinos comenzaron a conservar las mejores semillas para la siembra y los mejores animales para la reproducción.

Los nuevos métodos basados en la ingeniería genética han despertado interés considerable porque ofrecen la posibilidad de cambios genéticos mas rápidos y mejor orientados, a través de cultivo y de selección.

El uso de las técnicas contemporáneas no determina que los alimentos sean menos sanos que los producidos mediante métodos tradicionales, dictaminó la OMS.

La OMS indicó asimismo que "sin embargo es importante asegurar que todas las personas se beneficien del uso responsable de esas tecnologías genéticas".

La organización internacional anunció que la Comisión del Codex Alimentarius dictará en 1997 un código con orientaciones sobre la seguridad de los alimentos producidos mediante biotecnología. (FIN/IPS/pc/jc/dv-he/96)

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