Greenpeace Rusia proclamó hoy que se había adjudicado una gran victoria luego que la Suprema Corte anuló un decreto presidencial del año pasado, el cual permitía la importación de materiales nucleares foráneos.
La decisión adoptada esta semana por el alto tribunal podría demorar aún mas la finalización de la planta reprocesadora RT-2 en Zheleznogorsk, la antigua "ciudad secreta" de Krasnoyarsk-26.
El Ministerio de Energía Atómica (MinAtom) necesita obtener 4.000 millones de dólares adicionales para completar la planta y esperaba lograrlo mediante créditos y contratos extranjeros que permitieran el almacenaje de combustible nuclear apagado, listo para ser procesado.
La Suprema Corte dictaminó que será posible importar combustible nuclear extinguido del extranjero pero solo mediante acuerdos internacionales relevantes que además lleven la firma de expertos ambientalistas.
"La corte sepultó los planes de MinAtom de comenzar a violar la ley", comento Ivan Blokov, de Greenpeace Russia.
El viceministro Nikolai Yegorov dijo que RT-2 será completada pero admitió que financiar el proyecto será difícil sin contratos extranjeros. La corte rehusó poner fín a la financiación de la planta en su sentencia.
El decreto presidencial en cuestión, que es el número 72 sobre apoyo estatal a la reconstrucción y conversión de la energía nuclear en la ciudad de Zheleznogorsk, fué firmado en enero de 1995 y las acciones judiciales comenzaron en abril de ese año.
Esto es parte de una más vasta disputa entre la industria nuclear rusa y los ambientalistas liderados por Greenpeace. A fines de 1995, el presidente ruso Boris Yeltsin vetó una nueva ley sobre residuos radiactivos que había sido aprobada por ambas cámaras del Parlamento.
La ley prohibió la importacion de residuos y explícitamente definió el combustible extinguido como "desperdicio", cerrando así una espiral en las normas ambientales y contradiciendo directamente las disposiciones de una nueva ley de energía atómica, aprobada y firmada por Yeltsin algunas semanas antes.
La ley permitía formalmente a Rusia importar combustible nuclear extinguido para reprocesarlo, a pesar de la legislación ecológica todavía en vigor que prohibe el transporte de residuos atómicos a través de las fronteras de Rusia.
MinAtom se las arregló para no cumplir esas disposiciones porque calificó al combustible nuclear apagado como "materia prima". La sentencia de la corte reinstaló esencialmente algunas de las disposiciones de la ley vetada sobre residuos.
"La ley de residuos requiere que cualquier importacion futura de combustible nuclear extinguido tenga acuerdo internacional y sea ratificado por el parlamento", explicó un miembro de Greenpeace Rusia que participó en algunas de las discusiones parlamentarias.
La nueva disposición legal explícitamente prohibe la importación de cualquier tipo de material nuclear extranjero, si bien la importación de combustible apagado procedente de reactores de diseño soviético construídos en el exterior todavía esta permitida.
Los trabajos para finalizar la planta RT-2 se reanudaron oficialmente hace dos años pero avanzan muy lentamente debido a la falta de financiación. El reprocesamiento solo tiene lugar en la planta RT-1 en Ozersk (ex Chelyabinsk-65), que opera desde 1977.
RT-1 reprocesa solo residuos procedentes de pequeños reactores de diseño soviético VVER-440, y de plantas propulsoras de submarinos nucleares, mientras RT-2 estará en grado de reprocesar combustible de las grandes plantas VVER-1000, almacenado junto a las grandes centrales atómicas o en Zheleznogorsk, en una instalación especial que se está colmando rápidamente.
Sin dinero de los contratos de reprocesamiento es muy difícil que la planta quede lista en el plazo previsto de 2005. (FIN/IPS/tra-en/si/rj/ego/en).
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