RUMANIA: Reforma bancaria, mejor tarde que nunca

Los banqueros y especialistas en finanzas recibieron con beneplácito las reformas introducidas por el banco central de Rumania en el sistema bancario, sin dejar de admitir que las medidas debieron haber sido tomadas con anterioridad.

Después de una prolongada demora, el Banco Nacional de Rumania (BNR) aprobó el mes pasado un plan para reorganizar el sistema bancario, incluyendo el cierre de algunos bancos fuertemente endeudados.

Según las nuevas normas, deberá ser liquidada toda institución bancaria que vea retirada su licencia por el BNR después de haber suspendido sus pagos por 30 días.

"Se hace necesaria la rápida eliminación de los bancos 'enfermos' para impedir la diseminación de sus problemas por todo el sistema bancario", dijo María Constantín, editora del semanario financiero Capital.

Cerca de 30 bancos, la mayoría de capital privado, surgieron en Rumania poco después de la caída del régimen comunista, desbordando la capacidad del banco central para garantizar la credibilidad del sistema.

Uno de los escándalos financieros más publicitados fue el del fondo de inversiones Cáritas, que fue a la quiebra en 1993. Las personas que invirtieron en Cáritas con la promesa de que su dinero se multiplicaría ocho veces en tres meses, perdieron más de mil millones de dólares.

En 1995, debieron ser arrestados el presidente y otros ejecutivos del Banco de Crédito bajo sospecha de quiebra fraudulenta, falsificación y soborno. Los créditos eran otorgados sin garantías y por decisión del presidente del banco, algunas veces sin el consentimiento de la Junta de Directores.

El 14 de marzo, el BNR dio el primer paso de una drástica purga del sistema, suspendiendo en sus funciones a la dirección del Dacia Félix, uno de los mayores bancos privados, a raíz de acusaciones de mala administración.

El banco estaba bajo supervisión del BNR desde noviembre de 1995, por haberse revelado que su principal accionista, Sever Muresan (un ex tenista internacional), había adquirido deudas por más de 300 millones de dólares, lo que representa 10 veces el monto de su contribución al capital de la institución.

El BNR debió conceder créditos al Dacia Félix por valor de 300 millones de dólares, a fin de salvarlo de la bancarrota. Los especialistas afirman que el banco central no pudo intervenir con mayor prontitud debido al carácter restrictivo de la legislación.

Las leyes vigentes "reducían la capacidad del BNR para impedir que los bancos cayeran en bancarrota", según el analista económico Eugen Chirovici.

El 18 de marzo, el BNR retiró la licencia de agentes de cambio a cinco instituciones privadas, incluyendo a la filial en Bucarest del holandés ING Bank y a cuatro bancos rumanos.

La medida les impidió operar como agentes en el mercado interbancario de moneda, por haber "violado las normas del BNR", según un informe del banco central.

La mayoría de los expertos entienden que la decisión del BNR está destinada apuntalar la moneda nacional, pues durante los últimos dos meses se ahondó sustancialmente la diferencia entre el tipo de cambio aplicado por los bancos estatales y las cotizaciones "reales" ofrecidas por los bancos privados.

Los mismos especialistas reconocen que la debilidad del sistema bancario rumano no será un asunto fácil de resolver. "De todas maneras, los bancos son tan buenos o tan malos como pueden serlo la economía y la sociedad rumanas", dijo Daniel Daianu, economista jefe del BNR. (FIN/IPS/tra-en/mc/fn/arl/if/96)

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