El rey Kigeli V Ndahindurwa, monarca exiliado de Ruanda, se mostró nervioso cuando un pequeño grupo de ruandeses residentes en Los Angeles, vestidos de gala, brindaron a su salud.
Su anfitrión, Charles Coloumbe -un realista inconmovible que preside la Liga Monárquica de la costa oeste de Estados Unidos- le saludó con entusiasmo indisimulado: "¡Viva el Rey! Que tenga vida para ser el próximo gobernante de Ruanda", fue su brindis.
Aunque su pie no ha hollado el suelo de Ruanda por casi cuatro décadas, el rey sin trono se ha esforzado por permanecer presente en los asuntos de su país. La Liga Monárquica ruandesa dice tener unos 1.000 afiliados en todo el mundo, incluyendo 150 en Estados Unidos.
Kigeli V vive actualmente en Virginia, cerca de Washington, D.C. El exiliado rey informó que su instalación en Estados Unidos en 1992 se debió a la necesidad de estar más cerca de las Naciones Unidas y de otras importantes organizaciones internacionales que participan en el proceso de paz de Ruanda.
Miembro de la etnia tutsi, Kigeli V abandonó Ruanda en 1959, cuando la guerra civil terminó con un largo período de dominio de los tutsis en el poder. El sistema monárquico fue abolido dos años después, tras la realización de un referéndum.
La dinastía monárquica de Ruanda data del siglo XI. El rey Kigeli V fue el monarca número 27. Actualmente, a la edad de 59 años, afirma no esperar más que el restablecimiento de la paz para retornar a su país.
Viaja acompañado únicamente por un intérprete, y afirma no tener deseos de casarse en el exilio. No tiene familia, y por el momento tampoco tiene un heredero de su antiguo linaje.
El monarca ruandés estuvo en Los Angeles en el curso de una "gira por la paz" de ocho días, y durante su visita habló acerca de la situación imperante en su país, además de recaudar fondos para los más de 100.000 niños que quedaron huérfanos a causa del genocidio ocurrido en 1994.
Su presencia en la ciudad incluyó un almuerzo de negocios en la Playboy Mansion y una visita a las instalaciones de Small Business Administration (USSBA), donde observó las computadoras aplicadas a la pequeña empresa.
"Si el rey fuera repatriado alguna vez, podría utilizar gran cantidad de la tecnología que tenemos aquí", dijo Ken Davis, que organizó la visita de Kigeli V a USSBA.
Mientras estos hechos ocurrían en Los Angeles, una reunión internacional sobre Ruanda convocada por el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter congregaba a varios gobiernos africanos en Túnez.
La reunión tuvo el propósito de estabilizar la situación en esa nación, que se precipitó en una tremenda guerra civil después de la muerte del presidente Juvenal Habyarimana en abril de 1994.
Kigeli V opinó que el esfuerzo de los gobiernos africanos estará "destinado al fracaso" a menos que se acepten ciertos criterios, incluyendo la repatriación forzosa a Ruanda de los principales responsables del genocidio, refugiados en países como Zaire, Kenia y Francia.
El monarca acusó a las Naciones Unidas de haber fracasado en su esfuerzo por aliviar el sufrimiento de millones de ruandeses.
"Defendemos la concesión de clemencia para los partidarios del antiguo régimen no directamente involucrados en las masacres", declaró Kigeli V.
"Los inocentes deberán retornar sin problemas, pero los culpables tendrán que responder por sus crímenes", añadió. (FIN/IPS/tra-en/cm/yjc/arl/ip-hd-pr/96)
