El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas enviará a Africa 22.940 toneladas métricas de maíz estadounidense para alimentar a unos 2,4 millones de refugiados ruandeses en Zaire, Burundi y Tanzania.
"Entre los beneficiarios habrá un pequeño grupo de ruandeses y burundianos que residen en sus propios países", explicó Brenda Burton, funcionaria de información de PMA en Kenia.
Se prevé que la primera mitad de la ayuda de emergencia llegará al puerto keniano de Mombasa esta semana y será repartida entre las ciudades zairenses de Bukavu y Goma, que albergan a más de un millón de refugiados ruandeses, y la propia Ruanda.
La segunda mitad de los granos llegará también esta semana a Dar es Salaam y se destinará a la alimentación de 750.000 refugiados de Ruanda y Burundi en el norte de Tanzania.
PMA solicitó el mes pasado 155 millones de dólares adicionales para continuar brindando ayuda humanitaria a los 2,4 millones de ruandeses y burundianos refugiados, retornados y desplazados por el conflicto étnico y político en ambos países centroafricanos.
Hasta ahora sólo Estados Unidos respondió a la solicitud, prometiendo 100.000 toneladas de alimentos de un total requerido de 358.000 toneladas para 1996, de acuerdo con la agencia de la Organización de las Naciones Unidas.
Más de 65 por ciento de las actividades de PMA están destinadas a reconstruir la infraestructura y la industria agrícola de Ruanda, devastadas por la guerra civil de 1994, en que fueron asesinados cerca de un millón de tutsis y hutus moderados.
"Se está haciendo todo lo posible por reducir el déficit alimentario a un mínimo para fines del primer semestre de 1996", dijo a IPS Sam Kanyarukiga, asesor de Agricultura del presidente de Ruanda, Pasteur Bizimungu.
"Hubo una respuesta positiva de la población al llamado del gobierno a reanudar las actividades agrícolas", agregó Kanyarukiga.
Ruanda espera alcanzar este año un aumento de 24 por ciento en su producción agrícola, pero aun así la cosecha no será suficiente para alimentar a los 6,6 millones de habitantes.
Se necesita más mano de obra para recuperar la agricultura nacional, pero el retorno de los hutus refugiados en Zaire, Tanzania y Burundi se hace difícil debido a su temor a ser responsabilizados por el genocidio de hace dos años.
Frank Mugambage, funcionario de la Oficina de la Presidencia, acusa al ejército derrotado del anterior gobierno hutu de impedir el retorno de los refugiados ruandeses para colaborar en la producción de alimentos.
"Esa gente ahuyentó a los actuales refugiados en 1994 y ahora los tiene acorralados. La mayoría de los refugiados son personas inocentes que fueron manipuladas u obligadas a abandonar el país", añadió.
Unos 200.000 refugiados regresaron el año pasado a Ruanda y Burundi, incluidos los expulsados por las autoridades de Zaire. Aunque la repatriación en el último semestre de 1995 no colmó las expectativas, PMA y otras agencias confían en que en 1996 retorne un número significativo de refugiados.
"La repatriación voluntaria es una prioridad del programa de asistencia a los refugiados", destacó Yohannes Mengesha, Administradora Regional de PMA para Africa central y oriental. (FIN/IPS/tra-en/mn/oa/ml/pr/96)