Refugiados que huyen de sus países de origen debido a la guerra, la violencia política o el terrorismo de Estado encontrarán cada vez más difícil obtener asilo en Estados Unidos y Canadá.
Autoridades en Washington y Ottawa podrían firmar este mes un acuerdo que impone nuevas restricciones a la concesión de asilo a refugiados, ya que lo niega al solicitante que no llegue directamente al país en que espera ser acogido.
Si, por ejemplo, una persona oriunda de Sri Lanka solicita asilo en Canadá, pero llega a través de Estados Unidos debido a la falta de un vuelo directo, su pedido podría ser regresado para ser estudiado en Estados Unidos.
Las autoridades en Washington sostienen que el acuerdo reducirá el número de solicitudes de asilo falsas o fraudulentas, y afirman que fue diseñado para estimular los pedidos de asilo en el país que ofrece la primera oportunidad de protección efectiva.
Pero grupos de derechos humanos creen que la nueva política no ofrece garantías, y urgieron a los gobiernos a suspender la firma el acuerdo.
La propuesta "presentará nuevas dificultades a los solicitantes de asilo", sostuvo Katie Hope, vocera del Comité de Estados Unidos para los Refugiados, con sede en Washington.
La noción de que el país de arribo inicial debe ser responsable de examinar la solicitud de asilo se tomó de los gobiernos europeos que crearon el principio mediante dos acuerdos multilaterales, la Convención de Dublín y el Acuerdo de Schengen, ambos de 1990.
Estos acuerdos no se basaron en antecedentes de las leyes internacionales, sino en el interés de "facilitar la transición a la abolición de controles fronterizos internos", señaló el especialista Bill Frelick en un documento del Comité para los Refugiados.
Schengen y Dublin "han causado una competencia sin igual entre las partes, a medida que cada una intenta superar a sus vecinos en la creación de obstáculos" para evitar que quienes piden asilo pisen su territorio en primer lugar, sostuvo Frelick.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI), el Comité de Estados Unidos para los Refugiados y otros grupos sostienen que el acuerdo contradice las normas internacionales sobre protección de los refugiados.
Esos principios internacionales fueron codificados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que cuenta a Estados Unidos y Canadá entre sus 150 miembros.
La conclusión 15 del Comité Ejecutivo de ACNUR establece que "el asilo no debe ser rechazado únicamente sobre la base de que puede ser solicitado en otro Estado".
Según cifras oficiales, más de 50.000 refugiados solicitaron asilo en Estados Unidos en 1995, y 8.000 lo obtuvieron. (FIN/IPS/tra-en/sw-yjc/lp/hr-ip/96)