PARAGUAY: Un líder político de izquierda emerge de crisis militar

El alcalde de la capital de Paraguay, Carlos Filizzola, aparece como una figura política emergente, tras la solución de la crisis institucional desencadenada por el general Lino Oviedo.

Filizzola cuenta, para su aún no declarada candidatura a la presidencia en 1998, con el apoyo de un sector determinante de la sociedad paraguaya: los jóvenes.

El alcalde de Asunción, un médico de 36 años, elegido este año por la revista estadounidense Time como uno de los "latinoamericanos del 2000", también cuenta con su propio ejemplo para vencer en las urnas al oficialismo.

"No hay que engañarse por la cantidad de votos de afiliados de nuestro partido. Si fuera por eso, nuestro movimiento nunca hubiera ganado las (elecciones) municipales, porque no tenía ni 2.000 afiliados", dijo Filizzola en entrevista con IPS.

En 1991, Filizzola llegó a la intendencia a la cabeza de "Asunción para todos", un movimiento independiente con escasos militantes que logró el inesperado respaldo de votantes traídos de todos los barrios de la capital en camiones contratados por el gobernante Partido Colorado.

"Muchos colorados y liberales votaron por nuestro movimiento y lo mismo podría ocurrir en 1998 a nivel nacional", afirmó Filizzola.

El alcalde de Asunción acaba de asumir la presidencia del Encuentro Nacional, la tercera fuerza política paraguaya, tras su reciente incorporación a ese partido.

Dirigente estudiantil primero y luego del gremio médico, Filizzola fue un decidido opositor a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Hasta el momento ganó todas las elecciones a las que se presentó.

Hoy, a cinco años de su elección como intendente, puede contar con un índice de popularidad cercano a 50 por ciento de la población capitalina.

Si bien se define como socialdemócrata, Filizzola advierte que el Encuentro Nacional, al igual que el resto de los partidos paraguayos, es de difícil carcterización ideológica y está matizado por diversas tendencias.

A nivel continental, subraya su coincidencia con el Frente Amplio de Uruguay, fuerza que gobierna en Montevideo desde 1990.

Con fuertes vínculos con el movimiento sindical paraguayo, con el que su sector realizó un importante acto de masas el viernes, el joven dirigente reclama preocupación social en la gestión de gobierno y se muestra crítico frente al presidente Juan Carlos Wasmosy.

No obstante, cree que no se debe afrontar con criterio dogmático el tema de las privatizaciones, y señaló que durante su gestión en la municipalidad de Asunción, el servicio de estacionamiento de automóviles y parte de la recolección de residuos fueron transferidos a empresas privadas.

En su despacho de la Intendencia de Asunción, Filizzola consideró superado el episodio protagonizado por el general Oviedo, quien finalmente cedió la jefatura del ejército que se negaba a abandonar y se retiró del servicio militar activo.

"Pero hay una cuestión de fondo, y es que los problemas se deben a que el mismo partido político controla el gobierno desde hace 50 años", afirmó, asegurando que "la consolidación de la democracia no se va a producir mientras no haya alternancia en el poder".

Para esa alternancia cuenta con los jóvenes. Tres cuartas partes de los casi cinco millones de paraguayos tienen menos de 30 años.

Por primera vez en muchos años, los jóvenes tomaron este lunes las calles de Asunción, se apostaron ante la sede de la presidencia y se opusieron a la intentona golpista de Oviedo, primero, y luego a su anunciado nombramiento como ministro de Defensa.

Amplios sectores de la sociedad paraguaya saludaron la irrupción de los jóvenes en la arena política tras un prolongado letargo, que comenzó en la década del 50, al establecerse la dictadura de Stroessner.

Un tema sensible que se puso de manifiesto durante la sublevación de Oviedo, fue el de la imagen del país en el exterior.

"Paraguay estuvo aislado durante mucho tiempo del resto del mundo y si se lo conocía era precisamente por lo más negativo, como la larga dictadura y la corrupción. Por eso, a los paraguayos que queremos la democracia nos preocupa especialmente la mala imagen en el exterior", explicó. (FIN/IPS/ag/dm/ip/96).

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