Estados Unidos mantendrá su presión sobre los actores de la crisis institucional de Paraguay para asegurar la consolidación del gobierno legítimo y del régimen democrático, anunció hoy el portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry.
McCurry señaló que el presidente Bill Clinton conversó telefónicamente el martes durante 10 minutos con el mandatario paraguayo Juan Carlos Wasmosy para informarle que Estados Unidos no reconocerá ningún gobierno surgido "de la fuerza militar".
"Nuestro interés consiste en el restablecimiento y la ampliación de la democracia en Paraguay", dijo Clinton a Wasmosy, cuya autoridad fue puesta en jaque el lunes y el martes por el amotinado general Lino Oviedo.
"Confiamos en que los anuncios formulados por el general Oviedo y el presidente conduzcan a un desenlace favorable y a la confirmación del gobierno democrático", declaró McCurry.
La administración de Clinton "mantendrá su presión sobre ambos a través de la Organización de Estados Americanos y de su propia diplomacia, para asegurar el resultado" deseado, agregó.
"Estamos satisfechos ante el aparente cese de la amenaza al orden constitucional en Paraguay, y deseamos elogiar al pueblo paraguayo por su valiente apoyo a su presidente y a las instituciones democráticas", manifestó el portavoz.
El vicesecretario de Estado Strobe Talbott anunció el martes la suspensión de la ayuda militar de Estados Unidos a Paraguay, consistente en unos 150.000 dolares para entrenamiento de tropas.
McCurry puntualizó que esa sanción no llegó a aplicarse, al ser superada en apariencia la crisis paraguaya, pero el gobierno de Clinton "permanecerá atento a la evolución de la situación en los próximos días, para tomar su decisión final" respecto de los programas de asistencia.
Oviedo resignó finalmente este miércoles la jefatura del ejército, después de resistirse desde el lunes, y solicitó su retiro del servicio militar activo, según informaciones procedentes de Asunción.
El gobierno de Wasmosy aceptó el pedido de retiro del general, incluido en el pacto alcanzado el martes para poner fin a la crisis, pero no completó el cumplimiento del mismo acuerdo, que anunciaba la designación de Oviedo como ministro de Defensa.
El nuevo jefe del ejército es el general Oscar Díaz Delmás, a quien se atribuye estrecha amistad con Oviedo.
La crisis institucional de esta semana, la primera en Paraguay desde la caída en 1989 de la dictadura de Alfredo Stroessner, puso dramáticamente en evidencia la permanente injerencia militar en el área política.
También se pudo observar la presión directa de Estados Unidos a través de su embajada en Asunción. Wasmosy, que el lunes de noche se estableció en una unidad de la marina, una fuerza leal al gobierno, volvió el martes a la casa de gobierno acompañando del embajador estadounidense Robert Service.
La misma embajada anunció el martes la decisión de Oviedo de pasar a situación de retiro. (FIN/IPS/jl/ff/ip/96).