La gran empresa petrolera Mobil deberá revisar su proyecto de explotación de gas natural en Nigeria, con una inversión de 800 millones de dólares, a raíz de las protestas de una comunidad local en relación con el impacto ambiental de la operación.
La comunidad "Finima" de Bonny, una importante terminal de exportación de petróleo en el extremo sur de la costa del Delta del Níger, llevó a Mobil ante la Agencia Federal de Protección Ambiental (FEPA).
La comunidad alegó que no fueron evaluadas las consecuencias ambientales del proyecto antes de comenzar su ejecución el año pasado, y que Mobil -el segundo mayor productor de pretróleo en Nigeria después de Shell- está devastando sus tierras.
En consecuencia, el director de la FEPA, Evans Aina, condujo un equipo de funcionarios de la Agencia a Finima, el 28 de febrero, a fin de investigar las denuncias, y encontró "varios defectos" en la explotación.
Según la ley de creación de la Agencia, de 1992, todos los grandes proyectos deben pasar por una evaluación de impacto ambiental (EIA) y obtener la aprobación de la FEPA antes de comenzar su ejecución.
Sin embargo, Mobil empezó la construcción de las obras en el lugar del proyecto en marzo del año pasado, después de efectuar una evaluación, pero omitió pedir la aprobación de la FEPA.
"Mobil no será sancionada por comenzar el proyecto sin contar con la EIA de la FEPA", dijo Aina, "pero su propio informe sobre impacto ambiental deberá ser revisado y puesto al día. El informe se queda corto ante nuestras exigencias normales".
La comunidad Finima, no obstante, entiende que las consecuencias de los defectos descubiertos por el equipo de Aina revelan mucho más que insuficiencias en el proyecto.
La FEPA encontró que el proyecto ha causado el bloqueo de un gran arroyo que atraviesa la comunidad. Este hecho no es mencionado para nada en la evaluación ambiental de Mobil.
Las consecuencias de este bloqueo incluyen un cambio en las mareas regulares en la costa oceánica, lo que ha causado la muerte de un bosque cercano al lugar de las obras, poniendo además en peligro la sobrevivencia de peces y otros organismos vivos.
Este nuevo conflicto viene a reforzar la opinión de quienes sostienen que la explotación de la zona del Delta del Níger -la mayor área petrolífera, con más de 70.000 kilómetros cuadrados, donde habitan siete millones de personas- amenaza con destruir una de las mayores riquezas naturales del mundo. (FIN/IPS/tra-en/dm/oa/arl/en/96)