Varias iglesias pentecostales y carismáticas de Nigeria, la televisión pública y las emisoras de radio ganan montañas de dinero con programas religiosos, que compiten por un atractivo mercado mediante promesas de éxito en la vida terrena y de salvación en la próxima.
"¿Desea usted una esposa, marido, salud, éxito o un ascenso en el trabajo? Encuentre al reverendo en Exito '96 y sus deseos se cumplirán", promete una de las canciones promocionales que se escucha por doquier en el país más poblado de Africa.
Más de 30 millones de televidentes y más 60 millones de oyentes de radio reciben día a día el bombardeo de anuncios que prometen milagrosas curaciones y de programas religiosos plenos de canciones y sermones.
"Treinta minutos de emisión televisiva cuestan mucho dinero. Las iglesias contratan espacios en varios canales, especialmente los fines de semana. Este es un gran negocio para las emisoras y para los propios predicadores", dijo el cientista social Peter Tafa a IPS.
"Se trata de empresas comerciales, de modo que deben anunciarse para atraer a seguidores incautos e inocentes. Cuantas más personas conviertan, más dinero se embolsarán", agregó.
Un programa de 30 minutos en el Canal 7, propiedad del estado, cuesta entre 290 y 685 dólares, de acuerdo con el horario. El precio de un espacio similar en el también público Lagos Television (LTV) aumenta a 730 dólares.
Los espacios religiosos "multiplicaron nuestras ganancias", dijo un ejecutivo de Lagos Television que habló a condición de anonimato. El canal emite 14 programas evangélicos por semana.
"Somos una empresa comercial. Esto es un gran negocio para nosotros desde hace 10 años, cuando las iglesias carismáticas y los predicadores florecieron en Nigeria", dijo un ejecutivo de la emisora que reclamó anonimato.
Los servicios se celebran en salones alquilados y salones de clase repletos de alegres feligreses que pueden pasarse el fin de semana entero batiendo palmas y cantando hasta llegar a un febril éxtasis.
Pero detrás del resurgimiento de la espiritualidad en el sudoeste cristiano de Nigeria se esconde la preocupación por la supervivencia. Un profesor universitario de este país gana apenas 50 dólares al mes y muchísima gente sufre el infierno en la tierra.
"Cuando un hombre está satisfecho y tiene dinero, tiende a olvidarse de Dios. Pero correrá a la iglesia cuando tenga algún problema. Eso le sucede a muchos jóvenes nigerianos", manifestó Tafa.
Cuanto más pisoteados, más se acercan los nigerianos a Dios en procura de la salvación en estos tiempos de crisis económica y social. Así ofrecen el dinero que tan duramente obtienen a los predicadores, que convirtieron las iglesias carismáticas en negocios florecientes.
"Nací en un hogar católico, pero cuando mi marido tuvo problemas en el trabajo comenzamos a concurrir a una iglesia pentecostal. Un día, el pastor dijo que quienes desearan la respuesta de Dios a sus oraciones debían poner 1.000 nairas (unos 12 dólares) en un sobre", dijo Owi ya Alabi.
"Como no teníamos tanto dinero, Dios no solucionaría ninguno de nuestros problemas. Así que nos fuimos, afortunadamente. Ese pastor es un impostor que hace dinero a costa de sus inocentes seguidores", se lamentó esta desilusionada ama de casa.
Peter Anozie, un ex sacerdote católico que, a pesar de criticar el fenómeno, lidera una de las nuevas iglesias, afirmó que "la manía por el materialismo cegó al movimiento pentecostal".
"Esta obsesión por la riqueza es tan perversa que los títulos y honores, por ejemplo, se han convertido en mercancías que se otorgan al mejor postor, lo cual deja el descarrilamiento de la religión en evidencia", agregó.
Anozie explicó que el movimiento pentecostal "significó originariamente una renovación de las iglesias ortodoxas", pero "ahora entró en colisión con su origen, con pastores que manejan autos brillantes y visten ropas caras".
Algunos ex feligreses sostuvieron que el consuelo que ofrecen las denominadas "iglesias de renacidos" es más psicológica y comunitaria que de naturaleza espiritual.
"Trato de no discriminar a ninguna secta, pero cuando esos que se dicen profetas comienzan a promocionar sus poderes espirituales por la televisión me pregunto cuán genuinos son", dijo Ifeyinwa Ogbona, ex feligresa de una secta hoy integrante de una iglesia ortodoxa.
"Si realmente tienen el espíritu santo, ¿deben contratar avisos o convertir a más gente?", se preguntó Ogbona.
Paul Olorunsaiye, un cristiano renacido, considera el surgimiento de una nueva generación de iglesias como una comprobación de la palabra de Dios.
"Es un saludable desarrollo de la fe cristiana. Dios cumple su promesa y el mundo no acabará hasta que sus palabras hayan alcanzado cada rincón de la Tierra", sostuvo Olorunsaiye.
Esta misión cuenta con el patrocinio de algunas de las más ricas iglesias carismáticas del extranjero. Muchos templos locales izan las banderas del país de procedencia de sus benefactores.
"Pídale a cualquier organización de Estados Unidos o Europa por un 'chip' de computadora que pueda emplearse para desarrollar nuestra tecnología y no obtendrá respuesta. Pero pida mil biblias… Estarán aquí en el próximo vuelo", se quejó Tafa.
"Los países industrializados no quieren que las naciones en desarrollo se pongan a su mismo nivel tecnológico y económico, y tratan de volver a colonizarnos a través de la religión. Es una vergüenza", opinó el cientista social.
La comercialización de la fe religiosa llegó a un punto límite. La presunta compra de propiedades por cerca de un millón de dólares por parte del líder de una iglesia está siendo investigada por las autoridades fiscales, según Sunday Mbang, presidente de la Asociación Cristiana de Nigeria.
"Los falsos profetas deben desistir de usar el nombre de Dios para hacer dinero rápido, porque vendrá el día en que Jesucristo llegará y arrancará estos árboles que no dan frutos", declaró el prelado de la iglesia metodista. (FIN/IPS/tra-en/to/oa/mj/cr/96)