MEXICO: Optimismo del gobierno pese a críticas e índices adversos

El gobierno mexicano mantiene un discurso económico optimista, basado en que "lo peor de la crisis estallada en diciembre de 1994 ya pasó", pese a índices adversos y críticas generalizadas de los sectores productivos.

Tanto el presidente Ernesto Zedillo como su ministro de Hacienda, Guillermo Ortiz, reiteran en sus mensajes la cuestionada idea de que "ya se ve la luz al final del túnel".

Héctor Larios, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CEE), declaró el martes que el plan oficial pierde eficacia debido a la poca confianza que despierta en los factores económicos.

La promesa de las autoridades de contener este año la inflación en 20 por ciento se considera ya rebasada y los expertos opinan que superará 30 por ciento, mientras que tampoco se estima posible la meta del tres por ciento de incremento productivo.

Los analistas subrayan que, debido al rescate financiero mundial para evitar el colapso de la economía mexicana y sus consecuencias internacionales, el país tiene hoy una deuda externa impagable, de unos 160.000 millones de dólares.

Además, para garantizar la devolución del aval externo por 40.000 millones de dólares que recibió al estallar la crisis, México hipotecó sus ingresos por exportaciones petroleras, su principal fuente de divisas, ante el Tesoro de Estados Unidos.

El titular del organismo cúpula empresarial dijo que "probablemente" se esté cerca de la inflexión de la crisis, que provocó en 1995 una caída productiva de siete por ciento y durante el primer trimestre de 1996 otra adicional de tres por ciento.

Advirtió, sin embargo, que los programas gubernamentales están alejados de la realidad, tienen a menudo errores de apreciación o son pobremente elaborados, por lo que no logran suprimir expectativas negativas ni dar certeza a ahorristas e inversores.

A su vez Fidel Velázquez, nonagenario líder histórico de la central sindical única (oficialista), señaló que el ajuste salarial nominal de 12 por ciento que entró en vigencia el lunes ya fue anulado por aumentos de precios previos o simultáneos.

Un estudio de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) conocido esta semana subraya que el número de asalariados que cotiza para la seguridad social se mantuvo estancado los últimos seis años.

El análisis asegura que la población económicamente activa creció el pasado lustro de 29,6 a 35,3 millones -sobre un total actual de 92 millones de habitantes- y estima en 10 millones el número de desempleados absolutos o parciales.

Más de la mitad de los desocupados fue generada por las políticas económicas que se aplicaron en el lapso considerado.

Velázquez suspendió el tradicional desfile proletario de apoyo al gobierno para este 1 de mayo, lo que ocurre por segundo año consecutivo desde su instauración tras el proceso revolucionario mexicano de la segunda década del siglo.

La explicación dada por el líder sindical no dejó lugar a dudas, al afirmar que se adoptó la medida "a fin de evitar gastos y enfrentamientos inútiles".

La investigación de la CTM muestra que el salario mínimo (inferior a 90 dólares mensuales) perderá al final del año 73 por ciento de su poder adquisitivo respecto del anterior a la crisis.

Durante su encuentro anual de fines de marzo la banca privada mexicana manifestó su disconformidad con el gobierno y dijo que no sabía que hacer ante su "cartera vencida" (créditos impagos e incobrables por unos 16.000 millones de dólares).

La cifra supera lo que recibió el Estado al privatizar la red bancaria en 1992 y obligará al gobierno a invertir en su rescate una suma equivalente al enorme paquete financiero que se le otorgara con aval de Washington en febrero de 1995.

Mientras tanto continúa paralizado el crédito: los bancos no prestan porque no hay solicitantes debido a las impagables tasas de interés, próximas a 40 por ciento anual.

Los organismos patronales coinciden en solicitar al gobierno que ejerza de inmediato el gasto público previsto para este año a fin de activar el mercado interno y la producción.

Manuel López Obrador, candidato con grandes posibilidades de convertirse en el próximo presidente de la oposición de centroizquierda, expresó que el gobierno comenzará a volcar fondos a la economía interna a fines del año en curso.

Dijo que el oficialismo tratará así de ganar apoyo en la opinión pública con vistas a los comicios legislativos programados para 1997.

El ex secretario de Hacienda David Ibarra -que entre 1977 y 1981 dirigió un plan económico que produjo un crecimiento anual promedio de 8,5 por ciento- adujo que "las causas estructurales de la crisis están lejos de resolverse".

"No veo un fortalecimiento real de la planta productiva, la capacidad de inversión o el mercado de trabajo", señaló en una entrevista difundida esta semana por la revista Proceso.

Según Ibarra, quien calificó de "novato" al equipo económico oficial, "no puede surgir una recuperación sólida si con la idea fija de bajar el proceso inflacionario se mantienen restringidos el mercado interno y el salario real." (FIN/IPS/emv/dg/if/96)

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