MEXICO: Deuda externa, nuevas estrategias para un viejo problema

Luego de seis reestructuraciones globales de su deuda externa, México, el país más endeudado de América Latina, apuesta a nuevas estrategias de refinanciamiento para alejar el fantasma de una asfixia financiera.

Oferta de bonos en los mercados internacionales y propuestas a los tenedores de Bonos Brady para cambiar sus documentos por otros con mayores plazos de vencimiento son parte de las medidas diseñadas por el gobierno del presidente Ernesto Zedillo.

Con una deuda privada y pública de 161.130 millones de dólares, 24,7 por ciento mayor a la 1994, México deberá pagar este año a sus acreedores 28.699 millones de dólares, monto que representa 10 por ciento de su Producto Interno Bruto y 36,1 por ciento de sus exportaciones totales.

Los compromisos de pago para 1996 -que se acumulan, en momentos que la economía muestra signos de mejoría y arrecian las demandas de apoyo financiero de parte de sectores productivos- presionan las mermadas arcas oficiales y obligan a refinanciar, opinó el analista Enrique Quintana.

Esta semana, el gobierno "invitó" a quienes tienen los 23.000 millones de dólares de deuda mexicana en Bonos Brady, con vencimientos más allá del 2000, a cambiarlos por un Bono Global a un plazo de 30 años.

Según el gobierno, con la estrategia se podrían reducir las deudas hasta en 1.500 millones de dólares.

Los políticos opositores consideran que el gobierno mintió cuando negó en 1995 los rumores que hablaban de la necesidad de una nueva renegociación como la concertada por última vez hace cinco años.

Es verdad que se reestructurán deudas, pero su forma y alcance no tienen ninguna relación con una renegociación global, respondió el secretario de Hacienda Guillermo Ortiz.

En septiembre del año pasado, las autoridades rechazaban cualquier posibilidad de refinanciamiento. "La reestructuración de la deuda externa de México no es ni necesaria, ni deseable. La información sobre el tema es inexacta", señalaba en ese mes una boletín de la Secretaría de Hacienda.

Pero la situación fue diferente. Para salir de problemas, las autoridades colocaron el año pasado en Europa y Estados Unidos bonos de deuda por 3.400 millones de dólares, y en marzo último repitieron la operación por 284 millones en el mercado japonés.

Además, el gobierno negoció con el Fondo Montetario Internacional (FMI) una extensión de plazos para un tramo de deuda que vencía este año.

Según un informe del Banco Mundial difundido en marzo, México superó a Brasil como el país más endeudados de América Latina.

Cuando México negoció en 1995 préstamos de Washington y del FMI para poder superar su iliquidez, el propio Zedillo aseguró que el dinero recibido no significaba un endeudamiento adicional.

Sin embargo, las estadísticas dijeron lo contrario. En 1995 la deuda externa mexicana creció en 24,6 millones de dólares.

Cifras oficiales indican que el monto que el gobierno pagará este año a los acreedores -superior en 31 por ciento a los cancelados en 1995- supera en 2.373 millones de dólares al presupuesto destinado al desarrollo social y en más de 17.000 millones al de educación.

Entre 1991 y 1995, la deuda externa del país aumentó en un 40,2 por ciento.

En los 13 últimos años de vigencia de programas de ajuste, México refinanció su deuda, por diversas vías, en seis ocasiones, firmó cuatro acuerdos con el FMI relacionados con esas reestructuraciones, recibió créditos por 60.000 millones de dólares y pagó unos 129.000 millones.

El problema de la deuda es un "círculo vicioso que ahoga a los mexicanos con condiciones de pago que impiden su desarrollo", sostuvo Enrique Valencia, miembro del Centro de Investigaciones de la Universidad de Guadalajara.

"El problema es que después de 13 años de sacrificios y de duros ajustes se paga el servicio de la deuda externa, pero el peso de la deuda se mantiene y deben recurrirse a nuevas renegociaciones y al crédito para mantener el servicio", apunta Valencia.

En 1990, el entonces presidente mexicano Carlos Salinas (1988- 1994), anunció la última refinanciación de la deuda calificandola como la "segunda independencia". Seis años después continuan los intentos de renegociación.

"Estamos comprendiendo día a día, como una una bola de nieve que se acumula, que para solucionar el problema de la deuda es necesario replantear el modelo de país", expresó el analista José Ibánez. (FIN/IPS/dc/dm/if/96)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe