Los más poderosos empresarios brasileños que invierten en Argentina aseguraron hoy que cuando se trata de hacer negocios en un país del Mercosur, las amenazas de golpe de Estado como la de Paraguay no alteran sustancialmente sus proyectos de largo plazo.
En el caso de una crisis como la que se desató este mes en Paraguay, "no suspenderíamos inmediatamente los negocios con ese país, porque 'inmediatamente' es una palabra que no está en nuestro vocabulario", subrayó el vicepresidente del Grupo Brasil, Abel Peres Brazil.
El grupo nuclea a 170 empresas brasileñas que representan casi 70 por ciento del producto interno bruto de ese país. En Argentina llevan invertidos mil millones de dólares en la industria (64 por ciento), los servicios (26 por ciento) y el comercio (10 por ciento).
Los principales referentes del grupo fijaron así su posición ante la cláusula de los acuerdos de Mercosur, que prevé que todas las preferencias caigan inmediatamente en caso de que uno de los países socios sufra un golpe militar como el que se frustró la semana pasada en Asunción.
A diferencia del Grupo Argentina, que se creó éste año con el objetivo de que las empresas de ese país participen del proceso de privatizaciones de Brasil, el grupo que preside Dickson Tangerino en Buenos Aires aglutina a los que vienen en busca de inversiones de largo plazo.
En diálogo con la prensa extranjera, Tangerino y Peres precisaron los motivos del nutrido desembarco brasileño. Por un lado mencionaron la "necesidad del empresario brasileño de comenzar la experiencia de globalización" que luego debería seguir en toda América Latina.
Por otro lado, evalúan que el mercado potencial argentino es el segundo de la región. La estabilidad de este país también contribuyó a dotar de experiencia a empresarios de Brasil acostumbrados a vivir de las ganancias financieras hasta hace poco mas de un año, según reveló Tangerino.
No obstante, el proceso también enfrenta dificultades. El alto costo de las tarifas telefónicas entre ambos países, la doble tributación, la burocracia de las aduanas y los problemas migratorios fueron subrayados como los principales obstáculos pendientes de la integración.
Los empresarios de Brasil consideran que su experiencia puede contribuir a estimular a sus pares argentinos, cuyas plantas no se modernizaron en los últimos años. Pero al mismo tiempo admitieron que su desembarco podría reemplazar el desarrollo de un empresariado industrialista local.
"Los argentinos tienen miedo a los brasileños y viceversa, hasta que nos damos cuenta que no tenemos juntos capacidad productiva suficiente para abastecer tanto mercado potencial", aseguró Tanguerino.
Se trata para ellos de un problema de "desconocimiento" de la capacidad de absorción del mercado y de falta de estudios mas detallados sobre las oportunidades de negocios en el interior de los países.
A contramano de quienes ven en Brasil un competidor, Tangerino se preguntó por qué un producto hecho en Argentina o Brasil, como la carne vacuna, no lleva la marca "Made in Mercosur" al ingresar a la Unión Europea.
Sobre el acuerdo de libre comercio entre Chile y el Mercosur, que se firmará en junio, Tangerino adelantó que muchas empresas brasileñas radicadas en Argentina se están preparando para saltar desde aquí al Asia-Pacífico.
La asociación con Chile y los avances en el Mercosur hacen prever que para 1997 el grupo Brasil habrá incrementado 20 por ciento sus negocios en Argentina, prometió el presidente del grupo. (FIN/IPS/mv/dg/if/96)