Los planes del gobierno de Malasia de crear una nueva capital altamente tecnificada han provocado críticas de sociólogos y ambientalistas, aunque las autoridades consideran que la medida es esencial para el proceso de desarrollo.
Todas las oficinas gubernamentales y unos 250.000 funcionarios públicos con sus respectivas familias serán trasladados en un plazo de 10 años a la "capital cibernética", que se ubicará en el distrito de Sepang, 25 kilómetros al norte de Kuala Lumpur, y gozará de lo último en materia de tecnología.
El primer ministro Mahathir Mohamed considera que el multimillonario proyecto Putrajaya es esencial para su objetivo de transformar a Malasia -que desde hace ocho años mantiene un crecimiento sostenido de ocho por ciento anual- en una nación plenamente industrializada para el año 2020.
Pero algunos ambientalistas y sociólogos, refiriéndose al rápido desarrollo infraestructural que ha acompañado al crecimiento económico, cuestionan la respuesta del gobierno a los problemas urbanos que afectan a la actual capital, Kuala Lumpur.
La mayoría de estos problemas se deben a la sobrepoblación, que ha provocado el surgimiento de asentamientos precarios, así como tensiones raciales y sociales.
Kuala Lumpur, que seguirá siendo la capital comercial de Malasia, se convirtió el pasado mes en foco de atención internacional al inaugurarse en ella el edificio más alto del mundo: las torres gemelas Petronas, que serán la sede de la compañía petrolera multinacional del mismo nombre.
Las torres miden 372 metros de altura hasta el último de sus pisos ocupados, pero están coronadas además con un chapitel de acero inoxidable de 72 metros de altura.
"Estas cosas no son necesarias", afirmó el reconocido ambientalista Gurmit Singh. "Las instalaciones antes existentes fueron quitadas de allí debido principalmente a problemas de tránsito, y al poner en el mismo lugar el nuevo edificio, el tráfico del área empeorará", señaló.
No obstante, el gobierno sostiene que los problemas de transporte y contaminación serán una cosa del pasado en la nueva "capital cibernética" que se construirá a ocho kilómetros del aeropuerto internacional de la actual capital, en construcción.
"El sistema integrado de tránsito y transporte previsto para Putrajaya" hará que la contaminación sea mínima y que los servicios públicos se cumplan con eficacia, aseguró Anuar Maarof, encargado de la tecnología de información del proyecto.
Maarof es director de la Unidad Planificadora para la Modernización Administrativa (UPMA), cuyo trabajo requerirá una inversión de 800 a 1.600 millones de dólares, según estima el organismo.
El costo total del proyecto Putrajaya, que significa en malayo "Príncipe del Exito", no se conoce públicamente, pero Mahathir afirma con orgullo que el dinero no procederá del bolsillo del contribuyente, sino que "la mayor parte será financiada a través de privatizaciones".
Putrajaya será construida sobre tierra antes utilizada para la producción de caucho o de aceite de palma, hasta hace poco más de una década pilares de una economía exportadora que actualmente tiende a volverse industrializada y de alto crecimiento.
El proyecto, anunciado el año último, se ha ganado el apoyo de la opinión pública mediante la promesa de un servicio totalmente computarizado, libre de innecesarias demoras burocráticas.
Una cabina disponible en la mayoría de los edificios de la ciudad permitirá al usuario presentar solicitudes para cualquier propósito, pagar cuentas y realizar diversos trámites ante varios departamentos gubernamentales, en lugar de correr de una oficina a otra.
Todo eso está bien, señaló Singh, pero observó que la principal razón para la construcción de Putrajaya es la sobrepoblación de Kuala Lumpur, y el traslado de las oficinas públicas, en su opinión, no corregirá el problema. (FIN/IPS/tra- en/ks/cpg/ml/dv/96)