LITUANIA-ISLANDIA: Disputa comercial enfría relaciones

Las relaciones entre Islandia y Lituania, por mucho tiempo amistosas, se enfriaron tras una disputa entre un banco lituano y una empresa islandesa por un buque pesquero arrendado, que ahora deberá ser resuelta por arbitraje en Londres.

Vydunas, un barco arrastrero de 108 metros de eslora, está anclado en el puerto lituano de Klaipeda luego de que su propietario, el Zemes Ukio (Banco Agrícola) de Lituania, destituyera al capitán. La empresa estatal lituana Jura, ahora en quiebra, había arrendado el buque a la compañía Icelandic Deep Sea Product en marzo de 1994.

Tras la quiebra de Jura, en enero de 1995, Zemes Ukio se hizo cargo tanto del buque como del contrato. Los islandeses acumularon una deuda de 513.000 dólares por concepto de renta y costos operativos, según Rimantas Dzevecka, subdirector del Departamento de Pesca y Transporte Marítimo del Banco.

Cuando la empresa islandesa decidió enviar el buque a Irlanda para realizar un control del motor, el banco, temiendo costos aún mayores, decidió mandarlo de vuelta a Lituania.

Además, los cuatro islandeses que integraban la tripulación de 63 miembros acusaron al capitán lituano de tomarlos de "rehenes" durante el viaje de regreso a Lituania y de negarles la posibilidad de comunicarse por radio.

El gobierno de Dinamarca, queriendo evitar cualquier participación en la disputa, rechazó una solicitud de Islandia de detener el barco en territorio danés para controlar la seguridad de los cuatro islandeses, y calificó al incidente como una disputa comercial entre partes privadas.

Cuando el Vydunas finalmente atracó en el puerto de Klaipeda, en marzo, el banco Zemes Ukio no pudo obtener el apoyo de Islandia para formar una comisión conjunta para dirimir la disputa. Los cuatro tripulantes islandeses rechazaron los pasajes aéreos que les ofreció la institución bancaria y volvieron a su país por cuenta propia.

Los islandeses, que entablaron juicio al banco en una corte londinense, aseguran que no negociarán previamente al veredicto. El contrato establece que las disputas deben ser resueltas por un tribunal independiente, también en Londres, y los lituanos han dejado el asunto en sus manos.

En una de las numerosas conferencias de prensa que tuvieron lugar en relación a la disputa, el vicepresidente de la junta del banco, Juozas Lukauskas, sostuvo que las órdenes del capitán son ley a bordo, y defendió sus acciones y las de su institución.

Hasta ahora Islandia gozaba de un lugar especial en el corazón de los lituanos, ya que en 1990 se transformó en el primer estado en reconocer la independencia de Lituania, pese a una furiosa reacción del Kremlin. El resto del mundo esperó hasta la desintegración de la Unión Soviética, en 1991.

El ex presidente Vytautas Landsbergis, ahora líder de la oposición parlamentaria, se puso del lado de Islandia cuando tomó conocimiento de los hechos, y calificó al incidente como "políticamente comprometedor para Lituania".

Sin embargo, el actual presidente Algirdas Brazauskas destacó que el incidente debe ser resuelto "sin emoción", y consideró difamatorias las declaraciones de su predecesor. (FIN/IPS/tra- en/eb/rj/ml/ip-if/96)

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