Mientras adolescentes semidesnudos en pantaloncitos de baño rocían con balas de fusiles automáticos AK47 todo lo que se les pone delante, poniendo fín así al decimotercer acuerdo de paz, Estados Unidos busca líderes regionales que jueguen un papel clave para devolver la normalidad a Liberia.
"Nuestros embajadores se han puesto en contacto con diferentes gobiernos en la subregión, como tambien con la Organización de Unidad Africana (OUA), para que ejerzan su influencia y hagan que las facciones beligerantes vuelvan al pacto de Abuja", dijo un alto funcionario de la administración.
"Nuestra embajada ha demandado a las distintas facciones que cesen inmediatamente el fuego", añadió.
Washington está presionando tambien a los gobiernos notorios por respaldar a los siete jefes facciosos para que llamen al orden a sus protegidos.
Si bien no mencionó específicamente a los países, el funcionario se refirió a "los principales interesados" que pertenecen tanto a la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS), compuesta por 16 miembros, como a la fuerza de intervención (ECOMOG) de 12.000 hombres, creada por el grupo subregional en 1990 para ayudar al cese de la guerra liberiana.
Los principales componentes de la fuerza son Nigeria, Ghana y Sierra Leona. A pesar que no integra ECOMOG, Costa de Marfil tambien es uno de los protagonistas en la subregión. La facción más poderosa, el Frente Patriótico Nacional de Liberia (FPNL), liderado por Charles Taylor, desencadenó el conflicto en 1989 justamente desde Costa de Marfil.
Washington, que comenzó a evacuar sus ciudadanos el lunes vía Sierra Leona y Senegal, no tiene otros planes para Liberia, aseguraron algunos funcionarios. Además, la administración no tiene previsto enviar un emisario especial al área en conflicto.
Una intervención militar directa fué definitivamente descartada, si bien un militar de alto rango declaró el viernes que Washington "está en proceso de movilizar algunos de sus buques anfibios en el Mediterráneo en dirección a Liberia". No obstante enfatizó que la presencia naval solo tendría el propósito de ayudar a la evacuación.
"Se trata solamente de una medida de precaución", explicó el militar, señalando que "tenemos muchos intereses allí". No dijo cuantos buques estaban involucrados pero aseguró que deberían estar en Monrovia en 11 días.
Los únicos liberianos comprometidos en los planes de evacuación son aquellos que la administración describe como "hospitalarios con los americanos". Esto incluye esposas, hijos liberianos de padres estadounidenses, y menores tutelados por ciudadanos de Estados Unidos.
Otras personas que pueden ser ayudadas a dejar Liberia son "ciudadanos de terceros países", incluyendo diplomáticos y civiles especialmente de Canadá, Francia y Gran Bretaña.
No obstante, los connacionales siguen siendo prioridad para Washington, afirmaron funcionarios tanto del Pentágono como del Departamento de Estado.
"La situación actual no parece representar una acción de gobierno sino se trata de facciones que operan ilegalmente", expresó un funcionario del Departamento de Estado.
Ese punto de vista es una repulsa directa a la "presidencia colectiva", un arreglo anunciado por Taylor en asociación con el lider rival musulmán Alhaji Kromah, luego que otros de los seis miembros del consejo de gobierno creado por el acuerdo de Abuja, fueron obligados a escapar.
Bajo el manto de esa presidencia colectiva, Taylor comisionó a sus milicianos del FPNL y la policía leal a su clan para que arresten a otro miembro del consejo, el general Roosevelt Johnson, del grupo étnico indígena Krahn, a quien acusó de asesinato.
Algunos evacuados describieron la lucha general entablada el sábado último como la más aterradora. Sin embargo, actualmente hay poco entusiasmo público que Estados Unidos intensifique su papel para ayudar a resolver la situación.
"El papel de Estados Unidos es apropiado como mediador indirecto y de apoyo a una acción africana colectiva en lugar de interventor", dijo el diario Washington Post el miércoles.
Hacer la paz "debe ser una responsabilidad africana", dijo el diario. "Individuos como el fugitivo Roosevelt Johnson y su fuerza ULIMO-J, así como el omnipresente Charles Taylor, en el fondo son matones jactanciosos que han convertido a su país en un cementerio".
La reanudación de la guerra no debería haber sorprendido a Estados Unidos. En una entrevista realizada el mes pasado, la subsecretaria de Estado para asuntos africanos, Prudence Bushnell, dijo que la frecuencia de los estallidos de violencia mostraban una situación "muy inestable". (FIN/IPS/tra-en/ru/yjc/ego/ip).
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