Durante 18 años la ONU ha tratado de mantener un anillo defensivo en el sur del Líbano, pero su misión original demostró ser imposible ante la intransigencia israelí y su propia incapacidad para proteger a los civiles libaneses.
Esas dos realidades fueron gráficamente ilustradas a raíz de la destrucción de una base clave de las Naciones Unidas en el sur del Líbano por la artillería pesada israelí, ocurrida el jueves.
Al menos 100 personas murieron y 104 resultaron heridas como consecuencia del cañoneo. No obstante, a pesar de que el nivel de devastación no tiene precedentes, la ONU ha enfrentado ese tipo de problemas desde que fué despachada por primera vez a la región en marzo de 1978.
Su misión original consistió supervisar la retirada de las fuerzas israelíes de una vasta franja del Líbano meridional, que el estado judío había ocupado en lo que denominó "Operación Litani" para limpiar la zona fronteriza de milicias hostiles.
Sin embargo, Israel decidió evacuar solamente dos tercios de ese territorio y el resto, una faja lindera que ahora constituye la rocafuerte de la llamada "zona de seguridad", fué dejada en manos de una fuerza de milicianos proisraelíes conocida como Ejército Surlibanés (SLA).
Las tropas de la ONU siempre trataron de mantener sus áreas libres de guerrilleros, pero esto se hizo cada vez más imposible, primero por causa de las guerrillas palestinas y luego por Hezbollah y los militantes shiitas de Aman, infiltrados a través de sus líneas en la zona de seguridad israelí.
El campo consiste en una masa de colinas bajas y valles ondulados que corren desde el Mediterráneo hasta las estribaciones del Monte Hermon. Esos contornos son propicios para guerrilleros provistos de armamento ligero, mientras la multiplicidad de caminos y senderos les permite remolcar cohetes Katyusha en la parte trasera de sus vehículos para lanzarlos contra poblaciones del norte de Israel.
El rechazo israelí de efectuar una completa retirada cambió el papel de la ONU. Cuando el presidente estadounidense Jimmy Carter puso todo el peso de su país en respaldar el envío de la Fuerza de la ONU en Líbano (UNIFIL), se debió en gran parte a que Washington consideraba que su cometido principal era evitar una infiltración palestina en el norte de Israel.
Sin embargo, Israel comenzó a tomar de blanco a UNIFIL, y las fuerzas de la ONU se encontraron en la posición de tener que desviar ataques israelíes, o inspirados por Tel Aviv, en lugar de ocuparse de las infiltraciones palestinas. El oficial al comando de un batallón irlandés de la ONU declaró en aquel momento a IPS que "vinimos aquí para enfrentrar al norte y nos encontramos afrontando el sur".
La invasión israelí al Líbano en 1982 y su ocupación de gran parte del país hasta 1985, obligó al Frente para la Liberación de Palestina (OLP) retirar sus fuerzas combatientes del país.
No obstante, el nuevo rechazo de Israel para efectuar una retirada completa colocó al estado judío frente a un enemigo todavía más formidable, los hezbollah. La mayoría de la población del Líbano meridional es shiita musulmana y Hezbollah constituye su principal organización.
Sus combatientes cruzan rutinariamente las líneas de la ONU y no regatean esfuerzos para perpetrar la mayoría de sus ataques en la llamada zona de seguridad. El jueves, un alto funcionario libanés expresó con toda simplicidad que "Hezbollah es parte de la resistencia libanesa".
El funcionaro, Mohammed Obeid, describió a Hezbollah como "un resultado, y no la razón" por la lucha en el sur del Líbano. Añadió que si Israel se retira del territorio, no habrá motivo para la resistencia libanesa, o Hezbollah".
Como su papel militar se tornó irrelevante por causa de Israel y Hezbollah, los 4.500 hombres de UNIFIL en sustancia se convirtieron en una suerte de fuerza armada humanitaria que cooperó con civiles locales para construir caminos, escuelas, hospitales y brindar servicios básicos.
Sus principales acantonamientos en Cana -la base que fué blanco directo y devastada por la artillería israelí-, Tibnine y Mansoura, son comunmente considerados como refugios de civiles libaneses que escapan de los ataques israelíes.
La base de la ONU en Cana reviste gran importancia porque es el cuartel general de un batallón de las islas Fiji y controla la intersección de cinco caminos.
Israel, cuyas fuerzas no pueden abrir fuego contra blancos ubicados en un radio de acción de 500 metros de posiciones de la ONU, posee los detalles completos de las operaciones del organiosmo mundial en Cana, situada a solo 12 kilómetros de su frontera.
No obstante, la inmediata argumentación de Israel es que disparó contra un blanco situado a 300 o 400 metros de Cana, desde donde los hezbollah habían lanzado cohetes katyusha.
En el pasado, para desmentir su denunciada agresión a civiles, Tel Aviv siempre destacó la exactitud de sus artilleros. Informes desde el área dieron cuenta de gran esceptisismo en las filas de UNIFIL respecto a la afirmación israelí que la carnicería de Cana fué una equivocación.
Ese esceptisismo está enfocado sobre la paradoja que mientras el ataque contra Cana ahora es considerado un error, en el pasado Israel siempre centró el blanco cuando disparó deliberadamente contra posiciones cercanas a emplazamientos de la ONU. Un convoy de la ONU que pasó el jueves a través del área de un batallón irlandés cayó bajo el fuego israelí.
UNIFIL tambien tiene amargos recuerdos concernientes a los bombardeos israelíes. En 1979, una columna del ejército libanés que marchaba hacia el sur bajo escolta de la ONU, para ser desplegada junto a las fuerzas de la organización, fué dispersada por cañonazos provenientes de territorio israelí.
La misión libanesa había sido aprobada en los más altos niveles internacionales y, en esa oportunidad, Israel prometió que no obstaculizaría el despliegue. Oficiales del ejército estadounidense, que investigaron el episodio por cuenta de la ONU, dijeron que los impactos de las granadas mostraron que fueron disparadas por oficiales israelíes desde posiciones en Israel.
Irónicamente, el portavoz oficial israelí, Uri Dromi, reiteró que el gobierno de Tel Aviv pidió a las autoridades libanesas que aceptaran su responsabilidad y reprimieran a Hezbollah.
"No tenemos ningún reclamo territorial, ni siquiera de un centímetro de suelo libanés, pero la razón que debemos desplegar algunas de nuestras fuerzas es que estamos sujetos a demasiada agresión desde El Líbano, y el gobierno de Beirut no hace nada respecto al problema", expresó Dromi.
La propia organización mundial no dudaría en encontrar igualmente irónica otra declaración de Dromi, quien dijo "no tenemos intención de golpear a la ONU, al contrario, trabajamos con ella cotidianamente…"
Poco despues que UNIFIL fué establecida por primera vez en 1978, IPS entrevistó a su primer comandante, el teniente coronel ghanés Emmanuel Erskine.
El oficial dijo tajantemente que mientras Israel estaba preparado para brindar cooperación y logística, vitales porque UNIFIL en aquel tiempo estaba en gran parte abastecida vía Israel, se aseguró que no hubiera ninguna colaboración política o militar por parte del estado judío. Desde entonces, nada parece haber cambiado. (FIN/IPS/tra-en/jmr/rj/ego/ip).
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