El futuro primer ministro de Italia, Romano Prodi, se propone aplicar "un duro programa economico" en los próximos 18 meses para llevar a su pais a la tercera fase de la integracion monetaria europea, según confirmó hoy.
Prodi, líder del Olivo, la coalición de centroizquierda triunfante en las elecciones parlamentarias del 21 de este mes, anunció el lunes a un diario británico y reiteró este martes a la prensa italiana que recortará el gasto público.
La etapa de sacrificios anunciada tiene el propósito de incorporar a Italia al primer grupo de países que a partir de 1999 formarán parte de la Unión Económica y Monetaria (UEM) europea y que desde el 2002 tendrán una moneda única, el llamado euro.
Las naciones que aspiren a ingresar en la UEM deberán cumplir ya en 1997 una serie de requisitos económicos establecidos en el Tratado de Maastricht, firmado hacia 1991 por los gobernantes de la Union Europea (UE).
Según el Tratado de Maastricht, en 1997 la inflación no podrá superar en más de 1,5 puntos porcentuales la tasa observada en los tres países miembros de la UE de menor aumento de precios, una marca que en 1996 será de 1,4 por ciento y corresponderá a Alemania, Bélgica y Finlandia.
Se calcula que la inflación alcanzará este año en Italia a 3,9 por ciento.
Mientras, el déficit fiscal no debe ser superior a tres por ciento del producto interior bruto y el tope para la deuda pública fue fijado en 60 por ciento del mismo indicador.
El déficit fiscal de Italia equivale actualmente a seis por ciento del PIB y la deuda pública, a 122,2 por ciento.
Prodi explicó que a la reducción gasto público se agregará la reorganización del llamado Estado social, aunque persistirán sus beneficios, especialmente en materia de salud y educación.
Su anuncio provocó el primer desacuerdo con Refundación Comunista, un movimiento político que no forma parte del Olivo, pero cuyos votos necesitará el futuro gobierno para contar con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
Refundación Comunista informó que apoyará la constitución del gobierno de Prodi, que a debe pedir el voto de confianza a la Cámara de Diputados y al Senado.
Pero el movimiento también aclaró que no se incorporará al gobierno y decidirá su voto en el parlamento frente a cada iniciativa del Poder Ejecutivo.
"Los trabajadores han hecho ya muchos sacrificios y no se les puede pedir otro, ni se puede desmantelar el Estado social en materia de salud, educación y jubilaciones", dijo el senador Armando Cossuta, presidente de Refundación Comunista.
Cossuta advirtió que el camino señalado por Prodi conducirá a nuevos conflictos sociales.
El Polo de la Libertad, la coalición de centro derecha derrotada en las elecciones, confía en que las discrepancias entre el Olivo y Refundación Comunista provoquen el fracaso del nuevo gobierno y se tenga que volver a las urnas.
Según Rocco Buttiglione, líder del Centro Democratico Unitario, un pequeño grupo de ex democristianos coligado en el Polo de la Libertad, "está claro que Refundación no desea que Italia permanezca en la Unión Europea".
Buttiglione señaló que Prodi debería haber tenido en cuenta esa supuesta oposición a la UE antes de suscribir un acuerdo electoral con Refundación Comunista, y no ahora, cuando los dos grupos están obligados a gobernar juntos el país.
Antonio Martino, ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Silvio Berlusconi (mayo/diciembre de 1994), advirtió al Olivo que un eventual aumento de impuestos podría ser resistido por los contribuyentes.
La legislatura electa se instalará el 9 de mayo y el Polo de la Libertad deberá responder al ofrecimiento de la coalición triunfante de presidir una de las dos ramas del parlamanto.
El Olivo tambien ofreció al Polo la presidencia de las comisiones parlamentarias de control, la más importante de las cuales es la que tiene bajo su responsabilidad la estatal RAI (Radio y Televisión Italiana). (FIN/IPS/jp/ff/ip/96).