El gobierno de Haití resiste la presión de las agencias multilaterales y otorga prioridad al cultivo de alimentos para el consumo interno, postergando la producción de exportación.
"Sólo el gobierno decidirá la orientación de la producción de las granjas" haitianas, advirtió el ministro de Agricultura, Gérard Mathurin.
Mathurin se refirió en diálogo con IPS a la fuerte presión lanzada desde el exterior en procura de la liberalización de la economía hatiana.
Agencias multilaterales de crédito y donantes que contribuyen a la reconstrucción del país propusieron la implementación de políticas agrícolas orientadas a la exportación, para abatir el déficit del balance de pagos.
Pero el ministro puntualizó que se atenderá en primer lugar el mercado interno. "No perderé mi sentido de la realidad ni modificaré mis convicciones políticas por haberme convertido en ministro", aseguró Mathurin.
Economistas extranjeros señalan que Haití puede obtener suficientes divisas para resolver sus problemas de abastecimiento de alimentos mediante la exportación de productos agrícolas que no producen los países industrializados.
Al respecto, el presidente René Préval advirtió la semana última que su gobierno "no responde a los dictados de nadie, y nadie me obligará a hacer lo que no deseo hacer".
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, indicó a Préval el 19 de marzo en Washington que "no es momento de dilaciones y es preciso definir en detalle medidas de emergencia para la recuperación de la economía" haitiana.
Así mismo, funcionarios haitianos y representantes del FMI y del Banco Mundial reanudaron el lunes la negociación de un programa de ajuste estructural.
No obstante, Mathurin puntualizó que "la población debe tener participación activa en la construcción de su propio futuro".
Agregó que el gobierno instalado en febrero no ha tomado ninguna medida concreta frente al pedido de sus socios extranjeros de "reducir a cero" las barreras aduaneras.
En marzo de 1995, el entonces primer ministro Smark Michel redujo los aranceles aduaneros entre cinco y 15 por ciento. "Yo no recomendaré decisiones para completar el desarme arancelario", dijo Mathurin.
El debate sobre la reforma arancelaria tiene de eje la importación de arroz subsidiado estadounidense, que suma un valor anual de 100 millones de dólares.
En 1990, economistas haitianos calcularon el consumo nacional de arroz en 134.064 toneladas. La distribución de arroz está conttrolada por una firma subsidiaria de la empresa estadounidense American Rice Corporation, que paga un arancel de sólo tres por ciento por sus importaciones.
"Eso es competencia desleal", manifestó M. Duquesne, un comerciante mayorista de arroz que cayó en bancarrota en 1995.
Mathurin destacó que las condiciones y los costos de producción en Haití no pueden compararse con la competitividad lograda por los países exportadores de arroz.
"En nuestra opinión, el debate debe concentrarse en los agricultores", y "mi tarea como ministro de Agricultura consiste en apoyar lo que entiendo son ventajas para ellos", declaró.
El ministro anunció que intervendrá en toda la cadena de producción para ampliar el mercado interno y obtener excedentes para consumo del sector turístico.
En cuanto a la producción para la exportación, se obtendrá "cuando sea posible. Sólo consideraremos el cambio de cosechas cuando nuestra agricultura produzca un suficiente 'stock' de reserva", agregó.
También dijo que el Ministerio de Agricultura fomentará la siembra rentable de arbustos adecuados para frenar la erosión, que cada año devora entre 6.000 y 15.000 hectáreas de tierra.
Hatí produce anualmente unas 1,87 millones de toneladas de alimentos, frente a una demanda interna de 2,5 millones de toneladas. En 1994 fueron importadas 194.300 toneladas. (FIN/IPS/tra-en/ha/tt/ff/dv/96).