Un informe de circulación limitada del Banco Mundial sobre Haití advirtió que la entrega de ayuda al desarrollo al país caribeño presentará "riesgos considerables", aunque confirmó la necesidad de la asistencia.
Los riesgos que enfrentará la Asociación Internacional para el Desarrollo (IDA), agencia del Banco Mundial que entrega préstamos blandos, se plantearán debido a "la desastrosa situación económica y social, y a la anticipación de créditos realizada con la vuelta al régimen constitucional" en octubre de 1994, se indicó en el documento.
La reinstauración en Haití del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, desplazado por los militares en 1991, se produjo a su regreso del exilio, tras la intervención militar de Estados Unidos.
El documento, utilizado reservadamente por autoridades que trabajan en la reconstrucción del país caribeño, del cual IPS obtuvo una copia, tiene fecha del 11 de abril, y se titula "Esbozo de la estrategia de ayuda del Banco Mundial a la República de Haití".
Pero, aunque los riesgos son altos, "los potenciales beneficios en términos de la mejora de las condiciones de vida de los pobres, durante tanto tiempo ignorados en Haití, justifican el firme y constante respaldo de la IDA".
Una estrategia de emergencia de mediano plazo concentrada en la lucha contra la pobreza elaborada por la IDA en colaboración con otras agencias financieras y presentada al Banco Mundial en diciembre de 1994, propone el abastecimiento de bienes y servicios básicos para el cumplimiento de necesidades urgentes.
Hasta ahora se han rehabilitado infraestructuras económicas y sociales prioritarias, y se ha coordinado la ayuda de donantes. Los 40 millones de dólares entregados en junio de 1995 han permitido que el gobierno financie importaciones esenciales.
En el mediano plazo, la estrategia del Banco Mundial aplicada por la IDA en coordinación con otros donantes consiste en respaldar el programa de desarrollo del gobierno haitiano, con el énfasis en el crecimiento económico, la lucha contra la pobreza y la recuperación ambiental.
El programa de préstamos, basado en la política de reforma económica, se cumplirá sobre una base selectiva, con acento en la reducción de la pobreza, la explotación de recursos humanos y el desarrollo sostenible.
Expertos del Banco Mundial estiman que "cualquier estrategia de desarrollo para Haití está destinada al fracaso si no se revive el desarrollo económico".
La revitalización del sector privado requiere, según la institución financiera, la restauración de la confianza en el sector mediante la buena gestión gubernamental y las reformas de la política económica.
La mejor forma de controlar la inflación en el país radica en "la mejora y movilización de recursos y no en la reducción de gastos".
Con este fin, el Banco Mundial recomendó al gobierno que otorgue prioridad al control de la evasión fiscal y a la ampliación de la base impositiva.
El objetivo debería ser retomar en el corto plazo el nivel de ingresos fiscales de 1991, equivalente a 7,6 por ciento del producto interno bruto (PIB), y eventualmente llegar al 10 por ciento en el mediano plazo.
La liberalización del comercio es vital "para que Haití se convierta en un país con una economía competitiva", sugirió la institución financiera internacional. Para estimular la eficiencia económica, es necesario reducir los aranceles aduaneros y limitar las excepciones, tomando en cuenta los efectos del presupuesto.
El Banco Mundial recomendó además la desrregulación de las telecomunicaciones, electricidad, puertos, agroindustrias e industrias en general. (FIN/IPS/tra-en/imc/tt/lp/dv-if/96)
