Turquía debe resolver su disputa con la ONU sobre la inmunidad de los participantes en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II), a realizarse en junio en esta ciudad.
Las autoridades turcas temen que la conferencia sea utilizada para promover a grupos kurdos que buscan la autodeterminación en el sudeste del país. El país cuenta con estrictas leyes sobre "propaganda secesionista", y varios parlamentarios han sido encarcelados acusados del delito.
Pero a la vez Turquía pretende evitar la vergüenza diplomática de romper el protocolo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para detener a los independentistas, contra los que mantiene hace 12 años una guerra de guerrillas que ha causado más de 20.000 muertos.
La preocupación se centra en el foro de organizaciones no gubernamentales (ONG) que acompañará la conferencia oficial, en la cual se espera que varios grupos internacionales denuncien violaciones de los derechos humanos del gobierno turco contra la comunidad kurda y activistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
El acuerdo con Turquía, anfitrión de la conferencia, aún no ha sido firmado, aunque la cancillería turca anunció que en términos generales se ha llegado a un entendimiento.
Las reglas de la ONU aseguran el estatuto independiente y la inmunidad -por sobre la ley de cada país- a todos los participantes en sus conferencias, y son confirmadas en acuerdos especiales con los países anfitriones.
La semana pasada en Nueva York se limaron algunas diferencias con una reunión entre Huseyin Celen, r