Alcaldes de todo el mundo alertaron que la globalización de la economía mundial plantea grandes desafíos a la reducción de la pobreza urbana y que la participación de empresas privadas cobra un papel cada vez mayor en el gobierno de las ciudades.
En un panel organizado en Marmaris por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrolo (PNUD) en el Centro para los Asentamientos Humanos (Hábitat), alcaldes y expertos urbanos advirtieron que los gobiernos municipales dispondrán de menos recursos como resultado de los programas de ajuste estructural.
Los participantes en el foro afirmaron que la "Cumbre de la Ciudad", Hábitat II, a realizarse en Estambul entre el 3 y el 14 de junio, deberá enfrentar los desafíos específicos de la pobreza urbana.
En una declaración a la mesa redonda, el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, se preguntó si es "una meta realista" pensar en "ciudades libres de la pobreza en el siglo XXI".
La tarea, según expertos, implica enfrentar de modo eficaz los nuevos desafíos del proceso de globalización. "La reducción del sector público (…) significa invariablemente que la gente perderá su empleo y saldrá a las calles a protegerse como pueda", argumentó Amar Nuno-Amarteifo, alcalde de Accra, Ghana.
Las presiones de la escasez de fondos municipales ha puesto demasiada responsabilidad en las manos poco confliables del sector privado, admitió el alcalde de Accra.
Sixto Roxas, director de la Fundación para la Organización Comunitaria y la Tecnología de Administración de Manila, dijo que esa capital es una de las ciudades atrapadas en el dilema de que la tierra "en Filipinas se está convirtiendo en territorio para centros comerciales y zonas de procesamiento de exportaciones".
La ONU estima que más de la mitad de la población mundial vivirá en ciudades en los próximos años, y la mayoría de habitantes del Sur en el 2015.
Fu-Chen Lo, subdirector de la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio, dijo que los programas de ajuste estructural, al recortar los subsidios a la agricultura rural, también fomentan en el sur "un proceso comprimido de urbanización".
Alrededor de 45 por ciento de los africanos están urbanizados, y alrededor de 70 por ciento de la población de América Latina, señaló el funcionario.
"Estamos en la edad de piedra", evaluó Carolyn Stephens, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, refiriéndose a los recortes en salud urbana relacionados a los programas de ajuste.
En Lusaka, Zambia, una persona cada ocho está infectada con el virus de inmunodeficiencia humana que produce el sida, totalizando unos 125.000 habitantes de la ciudad, ejemplificó Stephens.
Incluso en Nueva York, dijo la experta, sectores pobres como Harlem y el sur del Bronx, afectados por la sobrepoblación de viviendas y la falta de clínicas públicas, se produjo un aumento de los casos de tuberculosis, especialmente entre negros y latinos.
Los hombres que viven en Harlem tienen menos posibilidades de alcanzar los 65 años que los hombres de Bangladesh, a pesar de la brecha de riqueza que separa a Estados Unidos del país asiático.
Nancy Barry, presidenta del grupo no gubernamental Women's World Banking, dijo que el alcalde moderno dejará de ser un planificador central para convertirse en "catalista y promotor (…) trabajando de cerca con instituciones financieras privadas".
Con tantos bancos y microempresas que tratan directamente con proyectos urbanos, "quizá el gobierno local resulte irrelevante", cuestionó Michael Cohen, asesor en temas ambientales del Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/lp/dv-en/96)