Los países árabes de la región del Golfo salieron al cruce del pánico mundial por la enfermedad de las vacas locas en Gran Bretaña, declarando que sus rebaños están libres de todo mal, y exhortaron a la realización de un esfuerzo conjunto para regular la importación de carne.
Reunidos en la sede del Consejo de Cooperación de Golfo (CCG) en Riyad, expertos de los seis países miembros acordaron este miércoles mantener la prohibición impuesta por sus gobiernos a la importación de carne británica.
El CCG agrupa a Arabia Saudita, Kuwait, Omán, Bahrein, Qatar y Emiratos Arabes Unidos (EAU).
Pese a que Arabia Saudita tiene prohibida la importación de carne de Gran Bretaña desde febrero de 1990, sólo un mes después de la denuncia de un caso de encefalopatía espongiforme bovina (BSE) en Omán, la veda en toda la región se produjo a raíz del reciente conocimiento de una posible conexión entre la enfermedad bovina y la extraña dolencia de Creutzfeldt-Jakob en los humanos.
En algunos países árabes, la prohibición alcanza a la importación de leche y productos lácteos de Gran Bretaña, a pesar de que no existen pruebas científicas de que puedan estar infectados.
La demanda de carne proveniente de Egipto, Arabia Saudita, Sudán y Somalia se ha elevado rápidamente en la región del Golfo por efecto de los informes que divulgan los periódicos y la televisión acerca del pánico europeo y la polémica desatada en Gran Bretaña por la posible matanza de 12 millones de vacas.
Somalia ha emergido como el principal actor en el mercado de carnes de Medio Oriente -en el que participa con 20 por ciento de las ventas-, con rebaños que pastan en una extensión de 8.000 kilómetros cuadrados en el interior de su territorio.
La carne es el plato principal en la dieta árabe, y se consume en grandes cantidades con pan y ensaladas verdes.
El temor al contagio, sin embargo, ha hecho que algunos ciudadanos de estos países, y también algunos expatriados, consideren la posibilidad de no comer más carne, al menos mientras no se resuelva la incertidumbre acerca de esta crisis.
Informaciones provenientes del mercado de consumo revelan que la demanda por los productos de granja y el pescado se ha disparado en las dos últimas semanas.
Los científicos diagnosticaron la BSE por primera vez a finales de la década de 1980. Esta enfermedad debilita la salud del ganado, impidiéndole caminar. El mal fue detectado en animales que habían sido alimentados con cerebro de oveja por criadores que querían aumentar la producción de carne y leche.
Los informes conocidos revelaron que la cantidad de bovinos enfermos de BSE, desde 1986, es estimada en 160.000 cabezas, y que alrededor de una docena de personas han muerto por esa causa.
La Unión Europea prometió este miércoles erradicar la BSE de sus rebaños, adoptando a la vez una serie de medidas para recuperar la confianza del consumidor antes de que sea finalmente levantada la veda mundial a las carnes británicas. (FIN/IPS/tra-en/am/an/arl/he-if/96)