ETIOPIA: Amenaza de hambre pese a abundante cosecha

Una nueva amenaza de hambre se cierne sobre el norte de Etiopía, escenario de la muerte por desnutrición de casi un millón de personas entre 1984 y 1985, pese a la abundancia de la última cosecha.

La situación es particularmente grave en las áreas de Tigray, Wollo, Wolayita y Hararge, donde entre dos y tres millones de personas padecen escasez de alimentos este año, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas.

El PMA y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señalaron que Etiopía posee suficientes alimentos para todo el país pero no puede hacerlos llegar a sus grupos más vulnerables.

"Etiopía se encuentra en la particular situación de ser autosuficiente en la alimentación de su población a nivel nacional, incluso con excedente de alimentos en los principales rubros de producción", destacó este viernes el PMA.

El problema consiste en que los agricultores de Tigray, Wollo, Wolayita y Hararge tienen un acceso limitado a la tierra cultivable. La mayoría son demasiado pobres para comprar alimentos para su familia en el mercado, y tampoco pueden adquirir equipos agrícolas para aumentar su productividad.

La pérdida de cosechas y la concentración de personas desplazadas han agravado el problema. "Aun en años buenos como éste, en que Etiopía tuvo excedente de alimentos en las principales áreas de producción, muchos hogares sólo pueden cubrir 70 por ciento de sus necesidades alimentarias con sus propios recursos", destacó el PMA.

La agencia iniciará una operación de emergencia, cuyo costo se estima en 10,4 millones de dólares, para asistir a las 550.000 personas que padecerán escasez de alimentos durante cuatro meses de este año, según sus previsiones.

PMA está solicitando donaciones para poder comprar las necesarias 30.000 toneladas de trigo y maíz, que se obtendrán del excedente nacional. La agencia también solicitó 1.080 toneladas de aceite vegetal.

"Este año debemos adoptar un enfoque diferente en la asistencia alimentaria a Etiopía", subrayó Allen Jones, director del PMA para Etiopía. "La buena provisión de alimentos del país nos permite ayudar a terminar con su dependencia de la ayuda extranjera", agregó.

El Sistema Nacional para la Prevención y Manejo de Desastres informó que los alimentos gratuitos sólo se entregarán a un número restringido de grupos vulnerables.

Las personas sanas que precisen ayuda alimentaria serán estimuladas a participar en programas generadores de empleo como los relacionados con suministro de agua, mantenimiento de calles y otros proyectos prioritarios para las comunidades, indicó el organismo.

Casi 70 por ciento de la asistencia alimentaria suministrada por el PMA será distribuida a través de programas generadores de empleo.

En Etiopía, la pobreza y el hambre son cosa corriente. El ingreso anual por habitante se estima en 110 dólares, uno de los más bajos del mundo, y más de 25 millones de los 56,4 millones de habitantes viven por debajo de la línea de pobreza.

El gobierno intenta utilizar la ayuda alimentaria para lograr algo más que el alivio del hambre. Los programas generadores de empleo son considerados como una inversión que contribuirá a la rehabilitación y desarrollo del país. (FIN/IPS/tra- en/mn/oa/ml/dv/96)

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