ESPAÑA: Presupuestos enfrentan a González con el próximo gobierno

Una dura polémica provocó en España el propósito de la administración saliente de Felipe González de modificar los presupuestos generales, anunciado cuando José María Aznar, vencedor en las elecciones de marzo, negocia la formación de un nuevo gobierno.

Cristóbal Montoro, portavoz de economía del centroderechista Partido Popular (PP, que lidera Aznar), calificó este martes de ligereza inconsistente a la propuesta de reducir el gasto público en aproximadamente ochocientos millones de dólares. Además, dijo, esa medida se constituiría en un freno para el crecimiento económico.

Es inaceptable, añadió Montoro, que un gobierno en funciones y que antes de finalizar este mes será reemplazado por otro, encabezado por Aznar, pretenda modificar los presupuestos generales del Estado, una pieza clave para la gobernabilidad.

Si el PP aceptara esa reducción, prosiguió, sería cómplice de promesas hechas con ligereza. Su mayor crítica es que el recorte propuesto afectaría la inversión.

Montoro puntualizó que el PP está a favor de reducir el gasto, pero manteniendo las partidas sociales y la inversión. A juicio del PP, el recorte debería concentrarse en la administración propiamente dicha y en las subvenciones y ampliarse mediante la privatización de las empresas deficitarias.

Rodrigo Rato, vicesecretario general del PP, a quien Aznar designaría vicepresidente a cargo de los asuntos económicos, según anunciaron fuentes del partido, duda de las cuentas del gobierno presidido por González y anunció que encargará una auditoría.

El todavía ministro de Economía, Pedro Solbes, insiste en que la reducción debería realizarse ya, sin esperar el cambio de gobierno y no cree que la medida afecte el crecimiento económico.

Solbes acusó a Rato de manejarse con "mala fe" o "ignorancia", y señaló que resulta absurdo solicitar una auditoría pues, en su opinión, la mejor auditoría es la que realiza el propio Estado al confeccionar las cuentas.

Pero lo cierto es que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) ya está estancado en torno de dos por ciento anual, según estimaciones realizadas al término del primer trimestre de este año, informó el lunes el matutino madrileño El País.

Ese estancamiento fue paralelo a la caida de la inversión, que sólo creció 4,5 por ciento en el primer trimestre, en tanto que en el cuarto de 1995 fue de 7,4 por ciento. Según el Instituto de Economía Mundial, el crecimiento anual no superará este año la marca de dos por ciento.

Un auténtico problema para el gobierno de Aznar lo constituye el déficit público que heredará y cuya reducción será indispensable para que España pueda entrar en la unión monetaria europea, con una moneda única.

De acuerdo con lo dispuesto por los miembros de la Unión Europea (UE), ningún país que aspire a participar de ese sistema monetario podrá tener en 1997 un déficit público superior a tres por ciento de su PIB.

Al 31 de diciembre de 1995, España presentaba un déficit fiscal de 5,8 por ciento del PIB, lo que significaría tener que reducirlo prácticamente a la mitad en dos años y ahorrar una suma equivalente a unos 14.000 millones de dólares.

España está lejos de cumplir el objetivo de disminuir el déficit público, y tampoco cumple los demás requisitos dispuestos por la UE para concretar la unión monetaria.

Un informe del Ministerio de Comercio, citado por la agencia local Servimedia, señala que España ha empeorado su estado de convergencia en 1995, al incumplir el criterio de tipos de interés que, sin embargo, cumplía en 1994. Añade que tampoco reune los requisitos referidos a inflación y deuda pública.

El PP, en suma, se opone a que un gobierno en funciones adopte decisiones que, si bien son importantes, pueden esperar. Entre ellas, las modificaciones al presupuesto general del Estado, la contratación de grandes obras públicas y la privatización de empresas, algo que el gobierno de González sigue haciendo a gran ritmo.

Para los economistas del PP, el gran pecado de los gobiernos socialistas ha sido gastar mucho, aumentando el déficit pero, sobre todo, gastar mal. Según Aznar, de lo que se trata es de racionalizar el gasto y, por ello, duda que quienes no han podido o sabido hacerlo en 13 años puedan lograrlo en las pocas semanas que les quedan al frente del ejecutivo. (FIN/td/ff/if/96).

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