ESPAÑA: Guerra multimillonaria por el fútbol y la televisión

Una guerra multimillonaria y de resultado incierto libran en España dos poderosos grupos de comunicación para controlar la transmisión televisiva de los partidos de fútbol en los próximos siete años.

De un lado está el grupo encabezado por Prisa, la sociedad editora del matutino El País, propietaria de la cadena SER, de emisoras de radio, y del Canal Plus, el único de pago en este país, y con inversiones en otras empresas del sector.

Del otro aparece Antena3-TV, del empresario Antonio Asensio, principal accionista del Grupo Zeta, editor del diario El Periódico de Cataluña, del semanario Tiempo y de otras revistas de actualidad.

La disputa está centrada en los derechos para transmitir los partidos de fútbol por cable o satélite, mediante el sistema de visión a la carta, o de pago por lo que se decida recibir en el televisor ("pay per view").

Hasta ahora sólo el Canal Plus puede cobrar a sus abonados, con la obligación, además, de que una parte de su emisión sea abierta. Estudios de consultoras privadas señalan que entre 75 y 80 por ciento de los abonados a esa empresa de televisión se suscribieron por su interés de ver el fútbol, que se transmite en emisiones codificadas.

La inminente incorporación de la televisión digitalizada amplía notoriamente el mercado. Con la televisión tradicional sólo se puede recibir una señal por canal. La digitalizada permitirá emitir al mismo tiempo hasta cinco partidos y dejar que el televidente elija el que desee ver.

El sistema digital permitirá, además, instalar un decodificador en cada hogar, conectado al teléfono y que registrará el consumo de programas para su facturación posterior.

Canal Plus, asociado con las emisoras de televisión de las comunidades autónomas, tiene un contrato de exclusividad suscripto con la Liga Profesional de Fútbol y con vigencia hasta 1998, para transmitir todos los partidos organizados por esa entidad.

Pero, sorpresivamente, Antena3-TV movió el tablero, al negociar individualmente con cada uno de los clubes, que en su mayoría son sociedades anónimas. Días antes, el 17, Tele5, cuyo accionista principal es el magnate y dirigente político italiano Silvio Berlusconi, obtuvo una resonante victoria en los Tribunales.

La Audiencia de Madrid dictaminó que Tele5 podrá grabar imágenes de los partidos de fútbol, para incluirlas en sus informativos, aunque los clubes tengan contrato de exclusividad con otras cadenas.

Los jueces señalaron que el derecho a la información, en un tema de interés público como es el fútbol, está por encima de los intereses particulares, en este caso de los clubes.

Antena3-TV ofreció el equivalente de 200 millones de dólares por año en conjunto, variando lo que recibiría cada club de acuerdo con varios indicadores, entre ellos la audiencia registrada en los partidos jugados en los últimos años.

El domingo, Canal Plus anunció un ofrecimiento equivalente a 280 millones de dólares y, además, se comprometió a renegociar al alza y pagar casi el doble por el contrato que tiene vigente hasta 1998.

Junto a Canal Plus aparecen alineados la pública Televisión Española (TVE) y las televisiones autónomicas. También ha ofrecido un acuerdo a Tele5, pero el director de esta última empresa, el italiano Maurizio Carlotti, aseguró que todavía no tiene nada decidido y que en la emisión abierta sólo le interesa emitir resúmenes de los partidos.

En cambio, Carlotti está muy interesado en ofrecer el fútbol a la carta.

Mientras los dos poderosos se juegan hipotecando su futuro financiero, los dirigentes de los clubes intentan sacar el mayor partido a la disputa. Algunos, como el presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, han aparecido ante las cámaras de Antena3-TV firmando un acuerdo.

Otros, como el gerente del sevillano Betis, Manuel Ruiz, afirman que hay 19 equipos que firmaron con Antena3-TV. Mientras, Prisa dió plazo a los clubes para que respondan a su oferta antes del 30 de este mes. Y su antagonista anuncia públicamente la posibilidad de actuar judicialmente contra Canal Plus, "por usura y por alteracion del precio de las cosas".

La guerra apenas ha comenzado y se está librando sobre la mesa de negociaciones financieras y en la primera plana de los diarios. Su definición llegará, probablemente, desde la Liga Profesional de Fútbol y podría ser necesario incluso un nuevo fallo judicial, si las posiciones se mantienen firmes. (FIN/td/ff/cr/96).

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