ESLOVAQUIA: Las armas ya no encuentran comprador

El colapso de la industria de armas de Eslovaquia, cuya producción cayó 80 por ciento entre 1989 y 1992, dejó cicatrices profundas en comunidades dependientes del sector.

La industria eslovaca de armamento fue duramente golpeada por la disolución del Pacto de Varsovia, que la privó de mercados seguros.

También sufrió los efectos de la mala administración realizada por el estado checoslovaco y, por último, la venta subsdiada de armas a países en desarrollo durante la guerra fría contribuyó a impedir su consolidación financiera.

Esos días terminaron. La reestructuración de la industria de armas se presentó como uno de los mayores desafíos económicos de Eslovaquia, cuando en 1992 se produjo la división de Checoslovaquia.

Los 100.000 empleados que reclutaba la industria militar en 1989-1990 se reducen a 30.000 en la actualidad. Las factorías de las empresas ZTS y ZVS en la localidad de Dubnica nad Vahom ocupaban a 20.000 trabajadores en el decenio de 1980, y ahora sólo emplean a 6.500, y únicamente para producir piezas de recambio.

La caída vertical del empleo en las factorías de defensa significó un duro golpe para Dubnica, que dependía de ZTS y ZVS desde que las dos plantas fueron abiertas en la localidad en vísperas de la segunda guerra mundial.

No obstante, el alcalde de la ciudad, Juraj Cervinka, afirma que la situación no es tan mala como se esperaba.

"Cuando Dubnica fue afectada a los programas de reconversión de la industria de defensa, la población creyó que el resultado sería un éxodo de residentes y la consiguiente sobreoferta de viviendas", explicó Cervinka.

"Pero la realidad es otra. Hay cerca de 1.000 personas inscriptas en la lista de aspirantes a nuevo apartamento", agregó.

Los trabajadores especializados se adaptaron a la nueva situación, creando decenas de pequeñas empresas privadas después de 1989, y la calidad de la mano de obra de Dubnica atrajo varias fábricas, la mayoría textiles.

Rolny, fabricante de vestimenta de la vecina Trencin, estableció un taller en Dubnica, que emplea a unas 50 mujeres. Instituciones deportivas que eran patrocinadas por las fábricas de armas se sostienen ahora a sí mismas, y unas 20 agencias privadas de empleo surgieron en la localidad.

Cerca de 15 autobuses parten los lunes a Brno y otros centros industriales de la República Checa llevando a 2.000 o 2.500 operarios especializados, que se desempeñan allí principalmente como trabajadores temporarios.

Como resultado, el desempleo permanece en Dubnica por debajo de 8,5 por ciento, frente al promedio de 13,2 por ciento de Eslovaquia.

"Mucha gente halló ocupación fuera de la ciudad, pero todos prefieren vivir aquí", dijo Cervinka. "No es fácil trasladarse con la familia a otros lugares y además, hemos hecho lo posible por conservar buenas condiciones de vida en Dubnica".

Los logros de la población de Dubnica son parte del innegable esfuerzo de recuperación realizado a partir de 1992 por Eslovaquia, que en 1995 registró un crecimiento económico cercano a siete por ciento.

Pero no todo florece en Dubnica. Sus industrias están presionadas por un insuficiente flujo financiero y las mayores empresas se vieron obligadas en las dos últimas semanas de marzo a apagar su calefacción.

El personal no percibió el salario completo, y las protestas sindicales se sucedieron ante las instalaciones fabriles.

"Muchos problemas podrán ser superados, gracias a que el sector privado absorbe a los desempleados, y alguna subvención se logrará para ayudar a la empresa", dijo Cervinka en alusión a la planta de ZTS, a cuyo personal perteneció en el pasado.

"Pero la crisis es cierta", y la supervivencia de la firma "exige su rápida y completa transformación", según el alcalde.

Cervinka considera prioritarios los programas de reconversión y privatización y el desarrollo de líneas de productos no militares en las asediadas fábricas.

Los fabricantes de armas de Eslovaquia no sólo se enfrentan a una dura competencia en los mercados internacionales, sino también a la caída de las compras del ejército nacional.

Las Fuerzas Armadas adquieren sólo 16 por ciento de la producción de DMD, la corporación estatal que encabeza la industria de armas del país.

DMD es propietaria de 36 por ciento de las acciones de ZTS y ZVS y de cuatro factorías de Trencin: Vahom, ZTSEES Martin, Konstrukta-Defensa y Konstrukta Industrial.

También tiene participación en otras 20 fábricas y en compañías de exportación de armas. Todas esas firmas, a excepción de Konstrukta-Defensa, arrojaron pérdidas en los primeros nueve meses de 1995.

La corporación DMD, creada en enero, se propone reunir recursos y coordinar las ventas de un sector industrial que, según cálculos extraoficiales, registró el año último pérdidas por 170 millones de dólares.

El presidente de DMD, Julius Toth, un ex ministro de Finanzas, declaró en enero a la prensa que los activos de la corporación sumaban entonces sólo 11,5 millones de dólares, una cantidad insuficiente para asegurar su funcionamiento. (FIN/IPS/tra- en/pf/rj/ff/if/96).

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