Expertos en energía atómica afirman que hoy, al cumplirse 10 años del peor desastre de una central nuclear en la historia, no es posible que alguno de los 15 reactores del tipo de Chernobyl aún en operaciones sufra un accidente similar.
Sin embargo, los habitantes de distintas poblaciones afectadas por el incidente recordaron el décimo aniversario de la explosión del cuarto reactor de Chernobyl, en Ucrania.
Activistas contra la energía nuclear se encadenaron este viernes a una vía férrea cerca de la central nuclear, y en otros puntos de Ucrania se realizaron numerosas manifestaciones para recordar el accidente y meditar sobre sus consecuencias y la forma de prevenir otros en el futuro.
Mientras tanto, en Minsk, capital de Belarús, se produjeron choques entre policía y manifestantes que arrojaron piedras y botellas.
El presidente de Rusia, Boris Yeltsin, en un mensaje especial, reclamó mayores medidas de seguridad en las centrales nucleares.
Dos reactores de Chernobyl están aún en operaciones, aunque Ucrania prometió cerrar la planta totalmente en el 2000. El segundo reactor de esta central fue clausurado en 1991, después de un incendio. Otros 13 del tipo RBMK siguen activos en distintos lugares de la antigua Unión Soviética.
Si bien los científicos afirman que los estos reactores deben ser mejorados, especialmente los modelos más viejos, ellos mismos aseguran que no existe posibilidad de que se produzcan accidentes similares al que destruyó el reactor cuatro de Chernobyl en 1986.
Esta fue la principal conclusión de una conferencia realizada en Desnogorsk, en Rusia, con la presencia de expertos de ese país, Europa y Estados Unidos que discutieron la evolución de los RBMK en los últimos nueve años.
Estos reactores de diseño ruso fueron objeto de intensos estudios conducidos por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), la Unión Europea (UE)y la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO).
Diversos análisis, entre ellos el Proyecto de Revisión de Seguridad de RBMK ejecutado por la UE y la AIEA, coinciden generalmente en los problemas hacia los que se debe apuntar.
El accidente de Chernobyl se debió a una combinación de malpraxis y mal diseño del reactor, según los expertos. Los del tipo RBMK, caracterizados por su complejidad, se inspiran en un reactor de producción de plutonio de carácter militar.
Estos reactores utilizan varillas de grafito como material moderador y agua como refrigerante, un coktail considerado peligroso.
La energía nuclear es liberada a través de la fisión de átomos (por lo general de uranio). Este proceso requiere un cuidadoso control del número y velocidad de los neutrones y de la cantidad de calor que se genera.
Los "moderadores" frenan los neutrones a una velocidad a la que se los pueda manejar, mientras que los "refrigerantes" evitan el exceso de calor. El control del proceso depende de la interacción de estos factores.
El cuarto reactor de Chernobyl poseía 16.000 canales de combustible en su corazón de grafito, que contenía 140 toneladas de combustible de uranio enriquecido. Los canales son insertados dentro de tubos que contenían agua para refrigerar. Esta agua hierve, y la reacción es moderada por el grafito.
El 26 de abril de 1986, se dispuso pruebas del comportamiento del cuarto reactor de Chernobyl a baja potencia, mientras la unidad estaba apagada para tareas de mantenimiento rutinario.
Pero los RBMK, a baja potencia, son inestables y corren riesgo de producir una reacción en cadena si el agua refrigerante en su corazón hierve demasiado rápido. Y esto fue lo que ocurrió.
Para realizar la prueba, los operarios violaron las regulaciones de seguridad al apagar el sistema de enfriamiento de emergencia y otros sistemas, entre ellos las varillas de control.
Cuando advirtieron que la reacción se les escapaba de las manos, pretendieron bajar las varilas. Como consecuencia, el desplazamiento de agua aumentó la reactividad.
Esta maniobra multiplicó por cien el poder previsto, lo cual hizo añicos el uranio enriquecido, que reaccionó con el agua. El resultado fue la explosión del vapor, seguida de otra explosión producida por el vapor de combustible. Unas ocho toneladas de combustible altamente radiactivo salió del corazón del reactor.
En los tres años que siguieron al accidente se realizaron cambios fundamentales en todos los reactores del tipo de Chernobyl en operaciones, con el fin de eliminar el riesgo de un accidente similar.
El enriquecimiento del combustible aumentó a 23,4 por ciento, y 80 varillas de control adicionales se instalaron en los corazones para inhibir el riesgo en operaciones a baja potencia.
Aumentaron, además, las varillas de control manual, y su forma de operar se aceleró. Se adoptaron precauciones especiales para impedir el acceso sin autorización a los sistemas de seguridad.
De todos modos, algunos problemas subsisten. Los RBMK no son instalados en edificios adecuados, lo que significa que se puede hacer poco para proteger el ambiente circundante ante un eventual accidente.
Estos reactores tienen, también, sistemas de refrigeración de emergencia inadecuados, si bien la continua asistencia de Occidente ha implicado la introducción de sistemas computarizados de alta tecnología.
Dos de los 15 reactores RBMK en operaciones se ubican en Chernobyl, dos en Ignalina (Lituania) y 11 en Rusia (en Leningrado, Smolensk y Kursk).
Otro RBMK de tercera generación con sistemas de seguridad adicionales está en construcción en Kursk, y se prevé la fabricación de dos más de nuevo diseño para la central de Sosnovy Bor, cerca de San Petersburgo.
Aunque persisten algunas preocupaciones, un estudio emprendido por la UE concluyó que no había necesidad de clausurar los nueve RBMK más nuevos (ocho de segunda generación y otro de la tercera) que están siendo cuidadosamente supervisados.
Los seis más viejos, de primera generación (ubicados en Leningrado, Kursk y Smolensk) también pueden operar, pues sus sistemas de refrigeración fueron mejorados. (FIN/IPS/tra- en/jp/ai/fn/mj/en/96)