El estallido en horas de la noche de este jueves de un coche bomba en las proximidades de la embajada de Estados Unidos en la capital de El Salvador recordó a la población los tiempos de la guerra civil.
En efecto, utilizado durante años, este método fue abandonado por la guerrilla salvadoreña en 1990.
Un vehículo marca Honda, modelo 1985, que había sido robado a su dueña, fue hecho estallar en el residencial exclusivo Sierras de Santa Elena, según testigos, por tres hombres armados que huyeron en otro vehículo hacia un rumbo desconocido.
El vehículo, según la Policía Nacional Civil (PNC), fue cargado de explosivo C-4, de uso militar, y hecho estallar a pocos metros de la residencia del ex presidente Alfredo Cristiani.
El subdirector de operaciones de la PNC, Rolando García, señaló que todavía no se cuenta con suficientes elementos para identificar a los responsables del atentado.
Por su parte, un reportero de un canal de televisión dijo haber recibido una llamada anónima en la que le explicaron que el "atentado había sido dirigido contra los ricos de la oligarquía financiera".
Cristiani tiene fuertes inversiones en el sistema financiero de El Salvador.
Los coches bomba fueron utilizados por comandos urbanos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ex movimiento guerrillero transformado en partido político, durante el pasado conflicto armado concluido en 1992.
La fuerte explosión destruyó totalmente el vehículo, cuyos restos quedaron diseminados en un área aproximadamente de 250 metros cuadrados, según los agentes de la División de Armas y Explosivos (DAE), de la PNC.
El último coche bomba del FMLN estalló en la occidental ciudad de Santa Tecla, en 1990. Luego la ex guerrilla suspendió ese tipo de acciones ya que consideraron que afectaban a la población civil. (FIN/IPS/jd/dm/ip/96)