El insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia condenó este jueves el narcotráfico en un comunicado en el cual afirmó además que nunca tuvo vínculos con esa actividad delictiva.
"Nuestra organización nunca ha considerado acumular economía para la guerra revolucionaria a través del capital narcotraficante", señala el texto.
Según el ELN, el narcotráfico "ha contaminado muchas actividades, hasta tocar las raíces más profundas de la dirigencia del gobierno".
La organización guerrillera aludió así al presidente Ernesto Samper, que está siendo investigado por la presunta financiación de su campaña electoral de 1994 por los cárteles de la droga.
El ELN condenó además el proceso de certificación al que somete Estados Unidos a los países con los que coopera en la lucha antidrogas, calificándolo de "ilegítimo e intervencionista".
La "descertificación" de Colombia, en marzo, fue violatoria de las normas del derecho internacional, ya que en esa decisión tuvo mayor peso la crisis política, lo que representa una intervención en los asuntos internos del país, consideró el grupo.
El ELN ha señalado que no está interesado en dialogar con el gobierno de Samper para una negociación de paz, por considerar que está deslegitimado por sus vínculos con el narcotráfico.
Los presuntos nexos de la guerrilla con los traficantes de drogas fueron denunciados por el comandante del Ejército, Harold Bedoya, quien definió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como "el cartel de la droga más importante del país".
Según el jefe militar, las FARC y el Cartel de Cali realizan acciones conjuntas que les reportan ganancias anuales de cerca de 36,7 millones de dólares.
Informes de inteligencia indican que la guerrilla opera en 23 de los 32 departamentos (provincias) del país.
Para las Fuerzas Armadas, las relaciones de las FARC (el grupo guerrillero más antiguo de América, constituido en 1964) con el narcotráfico se explican por el proceso de descomposición en que se encuentra el movimiento insurgente.
Sin embargo, para el investigador Alfredo Molano, la guerrilla no trafica directamente con las drogas y sus ingresos provienen del control territorial que mantiene en algunas regiones del país. (FIN/IPS/yf/dg/ip/96)