La Organización de las Naciones Unidas (ONU) creó un fondo en fideicomiso destinado a la desmilitarización de Africa Central y a acabar con el flujo de pequeñas armas en esta región, una de las más turbulentas del mundo.
Prvoslav Davinic, quien conduce el Centro para el Desarme de la ONU, atribuyó gran parte de las muertes y la destrucción ocurridas en conflictos étnicos en todo el mundo a armas consideradas pequeñas, como rifles de asalto, granadas, lanzacoetes, ametralladoras y pistolas.
"No hemos prestado a estas armas la atención que deberíamos", dijo Davinic a IPS, en coincidencia con reiteradas declaraciones en tal sentido efectuadas por el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali.
El fondo en fideicomiso, que financiará actividades dirigidas a la promoción de "medidas de construcción de confianza" entre bandos en pugna, también apoyará la transparencia en las operaciones de compra y venta de arsenales.
El Registro de Armas Convencionales de la ONU instalará un centro de información en Africa Central con esa finalidad.
Japón ya efectuó una contribución de 600.000 dólares al fondo, el primero de este tipo creado por la ONU.
"El mundo está inundado de armas pequeñas, cuyo tráfico es difícil de controlar", dijo Boutros-Ghali el año pasado.
El secretario general de la ONU propuso que el Registro de Armas Convencionales del cuerpo mundial incluya importaciones y exportaciones de pistolas de mano, rifles, ametralladoras, morteros, lanzacohetes y minas terrestres antipersonales.
Actualmente, el registro abarca apenas el comercio de tanques de batalla, vehículos artillados, sistemas de artillería de gran calibre, aviación de combate, helicópteros de ataque, barcos de guerra, misiles y lanzamisiles.
Para Boutros-Ghali, al progreso registrado en el área de armas grandes y de destrucción masiva deben sucederse acciones respecto del tráfico de armas convencionales, especialmente las ligeras.
"Tomará mucho tiempo encontrar soluciones efectivas, pero creo que la búsqueda debe comenzar ahora y trataré de poner en juego todo mi esfuerzo para eso", dijo.
Mientras tanto, la Secretaría General de la ONU estableció un comité asesor sobre cuestiones de seguridad en Africa Central para supervisar la eliminación de pequeñas armas y promover la confianza entre las partes en conflicto.
Se prevé que el comité, integrado por Angola, Burundi, Camerún, Chad, Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Centroafricana, Ruanda, Sao Tomé y Príncipe y Zaire, se reunirá en Camerún los días 18 y 19 de abril.
Concurrirán principalmente ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores, que considerarán la situación geopolítica y en materia de seguridad en la región en forma preliminar a una cumbre de los 11 jefes de estado.
Una de las aspiraciones para la reunión de mandatarios es la firma de un pacto de no agresión destinado a la prevención de conflictos entre naciones.
Integrantes del comité decidieron establecer unidades especializadas en operaciones de mantenimiento de la paz dentro de los ejércitos de los países en el marco de la ONU o de la Organización para la Unidad Africana (OAU).
El presidente de Malí, Alpha Oumar Konare, presidió la semana pasada una ceremonia que selló la paz entre los bandos en pugna en su país. El punto culminante del acto fue una pira de pequeñas armas utilizadas en el conflicto.
"Fue un acontecimiento absolutamente espectacular, una acción simbólica que tuvo gran impacto en la sociedad de Malí", dijo Davinic.
La pira en la que ardieron 2.642 rifles, pistolas, ametralladoras y lanzadoras de granadas fue rodeada por combatientes. Se prevén ceremonias similares en Burkina Faso, Chad, Gabón, Mauritania, Níger y Senegal.
La ONU y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tuvieron un importante papel en la resolución el año pasado del conflicto en el norte de Malí, durante el cual murieron miles de personas y 200.000 fueron desplazadas.
Davinic dijo que ambos organizaciones internacionales implementaron un programa en tres fases para la desmilitarización y el desarrollo de la zona.
La primera fase consiste en el desarme y la reorganización de las fuerzas armadas regulares. En la segunda, la ONU contribuirá con la construcción de la sociedad civil y la adopción de prácticas de buen gobierno y respeto de los derechos humanos.
En una tercera etapa, el PNUD implementará planes de desarrollo a largo plazo para los países destruidos por la guerra. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/mj/ip/96)