La fórmula mixta que dará en Chile un carácter parcialmente voluntario al servicio militar fue aprobada por organizaciones juveniles, pero está lejos de cerrar el debate en torno a la conscripción.
En 1997 se pondrá en práctica el sistema de "doble llamado" para el servicio militar obligatorio (SMO), que consistirá en una primera convocatoria para aquellos jóvenes que voluntariamente deseen vestir uniforme como reclutas durante un año.
De acuerdo al anuncio formulado el día 18 por el ministro de Defensa, Edmundo Pérez, si en ese primer llamado no se cubren las 30.000 plazas de conscriptos, se procederá a una segundo llamado, de carácter obligatorio, para completar el contingente.
Si bien este nuevo sistema no implicará la desaparición del SMO, introducirá al menos un grado de voluntariedad, recogiendo parcialmente las demandas de organizaciones juveniles que rechazan el carácter forzado de la conscripción.
La ley de reclutamiento vigente en Chile determina que todos los hombres considerados aptos tienen la obligación de inscribirse al cumplir 18 años de edad, para ser llamados a cumplir el SMO.
Su número asciende cada año a unos 120.000 y las plazas efectivas equivalen a sólo 25 por ciento de esa cifra, lo cual significa que 90.000 quedarán fuera de los cuarteles y pasarán de inmediato a la categoría de "reservistas sin instrucción".
Los cambios que se introducirán al sistema desde el próximo año fueron resueltos luego de análisis en el gobierno y en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, instancias que recogieron la creciente inquietud político-social al respecto.
A comienzos de este año, las organizaciones juveniles de los partidos de centro e izquierda plantearon públicamente que el servicio militar debería ser voluntario y profesional, al igual que en casi todos los países de Europa y en Argentina.
Los jóvenes abogaron por introducir en las leyes chilenas la objeción de conciencia, para eximir del SMO a quienes se opongan a tomar las armas por motivos religiosos o éticos.
Manifestaron, igualmente, su rechazo a los supuestos valores que rigen la formación militar y denunciaron casos de tratamiento inhumano que los superiores dan a los reclutas, con presiones sicológicas y castigos físicos.
Mario Gebauer, presidente de la juventud del oficialista Partido Por la Democracia (PPD), se reunió el martes último con el viceministro de Guerra (Ejército), Jorge Burgos, para expresarle la conformidad de su organización tras el anuncio de Pérez.
"Nosotros llevamos seis años pidiendo que (el servicio militar) no sea obligatorio, que sea más humano, y hemos avanzado por primera vez en forma positiva en dos grandes áreas", dijo el dirigente.
Estas dos áreas, agregó Gebauer, son "que haya un llamado voluntario y, en segundo término, buscar la mejor fórmula posible para que los derechos de los jóvenes que hacen el servicio sean protegidos".
Los diputados, si bien aprobaron mantener la naturaleza obligatoria del servicio militar, plantearon al ministro de Defensa avanzar hacia grados de voluntariedad y considerar en futuros análisis el tema de la objeción de conciencia.
Por recomendación de los parlamentarios, se buscaría igualmente introducir algunos incentivos, como becas de estudios, para quienes hagan el SMO, así como crear mecanismos de resguardo contra los maltratos en los cuarteles militares.
Gebauer planteó que debe legislarse para terminar con lo que calificó como arbitrariedades contra los jóvenes, entre las que mencionó el hecho de reclutar contra su voluntad a jóvenes que cursan los últimos grados de la enseñanza media.
"Más allá del tema de la obligatoriedad, que queda pendiente por ahora, está la fiscalización, porque ocurren abusos contra jóvenes que están haciendo el servicio militar, y nunca ha existido en la historia un caso en que un oficial haya sido dado de baja por tales motivos", agregó el dirigente juvenil.
Según los jóvenes del PPD y de los demás partidos de centro e izquierda, "la discusión sobre el servicio militar obviamente no ha terminado".
Los jóvenes que actualmente encabezan las campañas contra el servicio militar nacieron y se formaron bajo la dictadura del general Augusto Pinochet, el actual comandante del Ejército, quien gobernó Chile entre septiembre de 1973 y marzo de 1990.
Según el diputado demócratacristiano Andrés Aylwin, en el rechazo a la conscripción influye la imagen de Fuerzas Armadas identificadas con las masivas violaciones de derechos humanos cometidas en Chile durante esos 17 años. (FIN/IPS/ggr/dg/hd/96)
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