/DERECHOS HUMANOS/ RUANDA: Los genocidas asesinan a testigos para lograr impunidad

Sobrevivientes y testigos del genocidio ocurrido en Ruanda en 1994 reclaman protección física a las autoridades, pues los asesinos emprendieron la caza sangrienta de quienes puedan presentar pruebas en su contra ante la justicia.

La aparición de una cabeza humana en una vereda de la comuna de Mbazi, en el sur de Ruanda, desencadenó la desesperada búsqueda del resto del cuerpo en bosques, pantanos y hasta baños del lugar por parte de funcionarios y vecinos.

Fuentes oficiales informaron este sábado, un día después del hallazgo de la cabeza, que "el cuerpo de Stephania Mukarubera fue encontrado en su plantación de mandioca, ferozmente mutilado, decapitado y con sus dientes envueltos en un trozo de tela".

Las investigaciones condujeron al arresto de 11 sospechosos, todos ellos vecinos de la víctima en la prefectura de Butare del Sur.

Los funcionarios concluyeron que Mukarubera fue asesinada poco antes del atardecer del miércoles. Para su asombro, los moradores de las 21 viviendas cercanas a la escena del crimen negaron haber escuchado los gritos de la mujer.

El asesinato de Mukarubera corrobora la preocupación de los ruandeses acerca de la inseguridad que reina entre los sobrevivientes del genocidio en el país africano.

Esta sensación fue motivo hace poco de numerosas declaraciones durante la conmemoración de la brutal matanza de más de un millón de integrantes de la etnia tutsi y hutus moderados por extremistas de la mayoría hutu en 1994.

"Este crimen dejó en evidencia que los genocidas de Ruanda están decididos a exterminar a los sobrevivientes y testigos", dijo un funcionario de Kigali.

Esta opinión es respaldada por un informe de la Organización de Derechos de Africa (ARO) titulado "Matando la evidencia", que documentó 25 casos de crímenes consumados, intentos de asesinato e intimidación a sobrevivientes desde el fin del genocidio, dos años atrás.

La organización afirma que extremistas hutu están a la caza de los sobrevivientes de la matanza de 1994 para impedir que atestigüen en los juicios por genocidio que, según el gobierno, se celebrarán en breve.

"La justicia puede proceder a través de la información. Los genocidas saben esto y están decididos a silenciar a sus posibles acusadores. Si esto se permite, muchos asesinos asegurarán su impunidad", según la ARO.

La organización afirmó que "en algunas áreas donde el genocidio fue completo, como la antigua zona Turquoise, no quedan testigos".

"Existen pocos documentos que permitan identificar a los asesinos de 1994. Su arresto y comparecencia ante la justicia depende del testimonio de sobrevivientes y testigos. Y los genocidas están comprometidos en un proceso sistemático de eliminar evidencia", agregó el grupo.

Los autores de las matanzas de 1994 "agravan sus crímenes para asegurarse impunidad", añadió.

Un activista de derechos humanos que reclamó anonimato dijo a IPS que "aunque más de 60.000 sospechosos de genocidio están actualmente detenidos, muchos más están aún en libertad pues no fueron identificados".

Pueblos enteros parecen proteger a los asesinos, como en el caso registrado en Mbazi.

En algunas partes del país, tanto participantes del genocidio como sobrevivientes de las matanzas permanecen todavía en los bosques durante el día y regresan a sus hogares por la noche, pues unos temen el arresto y otros ser asesinados.

En una ceremonia celebrada para enterrar más de 50.000 personas muertas en Murambi, una localidad del sur de Ruanda, un sobreviviente reclamó protección al gobierno.

"Estoy yendo y viniendo de aquí para allá, porque los asesinos todavía vienen tras de mí", dijo, y aseguró que sobrevivió varios intentos de asesinato.

El periodista Ndahiro Tom reclamó la adopción de medidas de protección a los sobrevivientes. "El gobierno debería enviar instrucciones claras a todo funcionario, civil o militar, no importa si es de rango alto o bajo", dijo.

"Cualquiera que intente desalentar a alguien de presentar sus evidencias deberá ser castigado de forma ejemplar, pero también se deberá prestar protección a sobrevivientes y testigos del genocidio", agregó Tom. (FIN/IPS/tra-en/jbk/jm/kb/mj/hd ip/96)

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