/DERECHOS HUMANOS/ PERU: "Si participas, te pego"

Isabel siempre llegaba tarde a las reuniones del club de Madres y casi siempre con un ojo amoratado. Nadie hacía comentarios, pero todas las presentes sabian de lo que se trataba. Muchas lo experimentaron en carne propia y dejaron de asistir a los encuentros.

Lo que diferencia a Isabel de las otras mujeres de su organización es que los golpes que le propinaba su marido para impedir que concurriera a las reuniones de madres no lograron su propósito, y ella llegó a ser dirigente de su "asentamiento humano".

"Aguanté insultos y puntapiés, y un dia me rompió el brazo. 'Ahora no podrás vas ir', me dijo muerto de risa, pero yo, muy dolorida, fui (al club de Madres) y allí me atendieron. Pero muchas me decian 'ya no sigas, no vale la pena", relató Isabel.

"Perdí mi familia, pero creo que no valía la pena seguir viviendo en esas condiciones. Mi esposo era un borracho, tenía otra mujer, y todavía pretendía que yo lo atendiera cuando llegaba, y que no participara en la organizacion", agregó.

Isabel Rojas, de 42 anos, se separó de su marido tras 17 años de convivencia, de la cual nacieron tres varones que prefirieron quedarse a vivir con su padre. Después de la separación, Isabel buscó trabajo en una fábrica de ropa y de eso vive.

"Yo nunca habia trabajado, ni había salido de mi casa. Me junté con el padre de mis hijos y quedé recluida en mi casa. Pero cuando la situación se puso difícil y se crearon los clubes de madres yo fui una de las primeras en participar", indicó.

Su historia es similar a la que afrontan casi 80 por ciento de las mujeres de estratos pobres de Perú, que encuentran la férrea oposicion de su pareja a su participación en proyectos de desarrollo.

Muy pocas tienen la determinación de Isabel. La mayoría prefieren abandonar los grupos de acción social por temor a las represalias del esposo. "Algunas llegan a sentir verdadero pánico", dijo Rosa Duenas, dedicada desde décadas a atender mujeres maltratadas.

"No las culpo. Los maridos las golpean sin piedad, las dejan en un estado lamentable o las somenen a prácticas aberrantes para humillarlas, y algunos se desquitan con los hijos", añadió.

"Muchas no conocen sus derechos. Los golpes responden a los patrones culturales que guiaron su formación y los aceptan como algo natural, consustancial al hecho de ser mujer", destacó la psicóloga Irma Ganoza.

Ello se explica por el perfil de las mujeres pobres de Perú: tres anos de educación como promedio, varios hijos y una precaria autoestima.

Según la Red Nacional de Promoción de la Mujer, alrededor de 80 por ciento de mujeres de zonas marginales prefieren no participar en proyectos de desarrollo para evitar problemas con su pareja.

Pero a juicio de la Red, ello no implica que acaten cruzadas de brazos la prohibiciín impuesta. "Por el contrario, se las ingenian para solucionar los problemas diarios con mucha inventiva e imaginacion", según Esmeralda Pérez.

Pérez fue coordinadora de la Red en Iquitos, la principal ciudad de la selva de Perú, cuyas mujeres se caracterizan por empezar tempranamente su vida sexual y su maternidad, llegando a tener más de seis hijos en promedio. to Fujimori que de un dia al otro duplicó la poblacion en extrema pobreza.

"Para mi, digan lo que digan mi amigos, las mujeres cumplen una labor meritoria en esas organizaciones", manifestó Pasco. (FIN/IPS/zp/ff/pr/96).

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