La desaparición esta semana de 20 inmigrantes en dos naufragios cercanos a las costas de Italia fue una "tragedia anunciada", advirtió la prensa italiana .
Por mar y tierra, la policía se lanzó a la búsqueda de las víctimas de esta nueva "tragedia de los pobres", que intentan llegar a un mundo mejor y mueren ahogados.
Dos precarias embarcaciones repletas de inmigrantes naufragaron este jueves, una en el Canal de Sicilia y la otra en el mar Adriático.
En el primer naufragio murió un ciudadano tunecino, cinco lograron salvarse y otros 14 fueron declarados "desaparecidos", por lo que se presume que están muertos.
En la otra tragedia, seis ciudadnos de Sri Lanka -cuatro hombres y dos mujeres- se encuentran "desaparecidos" y 14 fueron salvados por una nave holandesa.
Los supervivientes contaron que habían pagado 7.000 dolares cada uno a dos italianos que los transportaron a Italia desde Dubrovnik, en Croacia.
Las autoridades de Lampedusa, en cuyo mar se encuentran desaparecidos los 24 tunecinos, estiman que son practicamente nulas las posibilidades de que estén a salvo.
Uno de los cinco que se salvó, Ali Ben Sallah, 47 años, dijo que la nave partió del puerto tunecino de Sfax y que después de más de 10 horas de navegación, con el mar en tempestad en el canal de Sicilia, la embarcación había llegado cerca de Lampedusa.
Sin embargo, el "jefe" de la expedición, había decidido hundir la embarcación a unos 500 metros de la costa para evitar que fuera vista por los medios navales que vigilan la isla.
El tráfico de inmigrantes provoca grandes ganancias a organizaciones mafiosas de distintos países, entre los cuales se encuentra Italia, afirman las autoridades italianas, las cuales no creen que la represión permita combatirlas eficazmente.
"Sería imposible tener una embarcación cada cien metros para vigilar cuatro mil kilometros de costa", comentó una alta fuente policial.
El ex ministro del Interior, Roberto Maroni, de la autonomista Liga Norte, particularmente hostil a la llegada masiva de inmigrantes, propuso una cumbre de los países de la Unión Europea (UE) con los del norte de Africa.
Para Maroni, sólo "con un apoyo a los paises de los cuales parten las fugas de masa, la inmigración podría disminuir", por lo cual urge enviarles una "clara señal de cooperación".
El responsable de la comunidad católica Sant'Egidio de Roma, Mario Marazziti, propuso la regularización temporal de los inmigrantes, con un permiso de tres o seis meses, con acuerdos bilaterales entre los países.
Marazziti dijo que de esta manera se garantiza incluso que la persona vuelva despues a su país, ya que con seis meses de trabajo en Italia se puede mantener a una familia durante un año en Albania o en Africa.
"Para quien escapa de sus paises, no veo alternativas: mejor un permiso por motivos humanitarios que la clandestinidad", afirmó.
Una solución con la cual estaría de acuerdo también el sindicato patronal Confindustria, cuyas empresas se benefician de una mano de obra barata, acuerdo que podría suscribirse, entre otros, con Albania, Túnez y Egipto. (FIN/IPS/jp/dm/pr-ip/96)
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