La Central de Trabajadores de Cuba (CTC), única organización sindical en la isla, enfrenta un difícil reto: defender la reforma económica impulsada por el gobierno sin renunciar a la aspiración socialista al pleno empleo.
El reto fue considerado como el "mayor desafío" para los próximos años por un grupo de los 1.900 delegados al XVII Congreso de la organización sindical, que sesiona desde el domingo en La Habana.
Paradójicamente, el mismo congreso discute un proyecto de resolución sobre el reordenamiento de la fuerza laboral en el país caribeño que implica el reconocimiento de un reajuste del empleo para lograr la eficiencia de la empresa estatal.
"No debe ser fácil. Asumir una posición oficial y, al mismo tiempo, enfrentar el fenómeno del desempleo por primera vez en varia décadas", dijo a IPS un representante del Sindicato de Trabajadores de la Educación.
Aunque desde 1989 la CTC trata de vender su imagen como organización independiente al Partido Comunista y al gobierno, lo cierto es que en la práctica mantiene una línea política defensora de los lineamientos oficiales.
La reforma empresarial en curso forma parte de un amplio paquete de medidas aplicadas por las autoridades de la isla para aliviar los efectos de la peor crisis económica desde la revolución de 1959.
En la presente década los cubanos sufrieron las consecuencias del descenso del Producto Interno Bruto en 34,3 por ciento entre 1989 y 1993, vivieron una caída vertiginosa del poder adquisitivo de la moneda nacional y el cierre o semiparalización de no pocas empresas e industrias.
El resultado fue el subdesempleo, el cambio temporal o definitivo de puestos de trabajo, recibir un salario por estar sentado en la casa y, por último, el desempleo que, según cifras oficiales, alcanza siete por ciento de la población económicamente activa.
Pedro Ross Leal, secretario general de la central sindical y miembro del Buró Político del gobernante Partido Comunista de Cuba, dijo el día 24 que los sindicatos "tendrán que luchar por la eficiencia económica y el mantenimiento de la justicia social".
Sin embargo, hasta en medios oficiales se reconoce que los momentos de pleno empleo correspondieron a la creación de plazas sin respaldo productivo, que a la larga crearon serias distorsiones económicas.
Según la CTC, 4,6 millones de cubanos trabajan en el sector civil estatal, cooperativo y privado, de los cuales entre 600.000 y 800.000 cobran un salario completo por laborar a 40 o 50 por ciento de su capacidad.
Pronósticos especializados aseguran que unas 750.000 personas podrían ser reubicadas en otros puestos de trabajo o quedar sin ubicación como consecuencia del análisis caso por caso de cada empresa y de cada plaza laboral.
"Si no luchamos por la eficiencia, no estamos defendiendo el derecho de los trabajadores, el primero de ellos el empleo", dijo una delegada de la provincia central de Villa Clara, a 300 kilómetros de La Habana.
Al parecer, los dirigentes sindicales confían en que la reanimación de la economía nacional y el logro de la eficiencia en la empresa estatal junto al desarrollo de la empresa mixta con capital extranjero conducirá a la larga a la creación de nuevos empleos.
Los documentos, presentados al congreso sindical, exigen la participación activa de los sindicatos en los procesos de reordenamiento laboral con el fin de velar por que ningún trabajador quede desamparado, facilitar su reubicación o posibilitar su recalificación para desempeñar otro trabajo.
Los representantes de 2.793.430 trabajadores sindicalizados deberán aprobar varias resoluciones para perfeccionar el trabajo de atención a los jubilados, a las mujeres trabajadoras y a los jóvenes.
"No reivindicamos un alza de los salarios sino la valorización del peso cubano para que aumente el valor del salario", dijo Ross.
Durante los últimos cinco años, la cotización del peso frente al dólar osciló fuertemente. Luego de cambiarse a cinco contra uno, el peso cayó hasta 140 por dólar (en agosto de 19949 para luego recuperarse y cambiarse actualmente a 21 por dólar.
Aunque la educación y la salud se mantuvieron gratuitas, los trabajadores tuvieron que acudir a sus ahorros, realizar actividades en horario extralaboral o negociar en el mercado negro para sobrevivir con un salario medio de 200 pesos.
"Los eventuales incrementos salariales en Cuba están condicionados a los resultados económico-productivos y esa variante recibe el apoyo de los sindicatos", según el informe central al congreso de la central sindical.
Entre las alternativas a un alza generalizada de los salarios, la CTC defiende la extensión de un sistema conocido como salario móvil, vigente en los sectores del turismo, petróleo, níquel y en entidades asociadas a capital extranjero.
El salario móvil, contrario al salario fijo que se le garantiza a cada trabajador aunque no sea productivo, exigiría una rápida adecuación de la legislación vigente en la isla que, según especialistad, peca de excesivo paternalismo hacia el trabajador. (FIN/IPS/da/dg/pr-lb-if/96)