El aumento de 8,46 por ciento en el precio de los combustibles, que comenzó a regir hoy, podría desencadenar una nueva escalada inflacionista en Costa Rica.
El aumento en los combustibles fue solicitado por la estatal Refinadora Costarricense de Petróleo y aprobado por el Servicio Nacional de Electricidad, organismo que regula el precio de los servicios.
Este incremento se produce tan sólo cinco meses después de que el Servicio Nacional de Electricidad autorizara un alza de 14,60 por ciento y prometiera que en 1996 no se autorizarían nuevos aumentos.
Varios sectores han expresado temor de que esta medida desencadene una escalada de precios.
Bérnard Rodríguez, presidente de la Asociación Costarricense de Expendedores de Combustibles, dijo que ese sector no está de acuerdo con el alza porque puede ser un detonador para el aumento de los costos de muchos otros productos.
El malestar de los gasolineros radica también en que el aumento vigente desde este martes no les depara ningún beneficio, en virtud de que ganan un monto fijo por cada litro de combustible que venden.
Rodríguez dijo que en junio presentarán una solicitud para que se les aumente su margen de utilidad, con lo cual se produciría un nuevo incremento.
En el corto plazo, el aumento en los combustibles será seguido por un incremento de entre cinco y 10 por ciento en el transporte público en las 750 rutas que operan en todo el país.
También se perfilan nuevos precios en algunos alimentos básicos como la leche y los huevos.
El nuevo costo de los combustibles incidirá también en el precio de alimentos y bebidas, cuyo valor no es fijado por el Ministerio de Economía porque no entran en la denominada canasta básica familiar y, por lo tanto, tampoco en las cifras oficiales de inflación.
El gobierno de José María Figueres pretende culminar el año con un crecimiento en el índice de precios al consumidor de 12 por ciento, contra 23 por ciento en 1995. (FIN/IPS/mso/dg/if/96)