CONGO: Rivalidad por el empleo exalta animosidad étnica

La palabra "ekwil" es pronunciada con emoción en la región Sangha, al noroeste del Congo.

Literalmente, significa "forastero", cualquiera que proviene fuera del área. De todos modos, en la actualidad, tiene la connotación de "extranjero indeseable".

Según un informe del Grupo de Vigilancia Congolés de Derechos Humanos (OCDH), las tensiones entre pueblos indígenas del área y inmigrantes de otras regiones surgieron a fines de 1995.

Esto ocurrió cuando una asociación autodenominada Frente para la Defensa de la Gente Jóven de la Sangha (FIDJS) comenzó a intimidar a empleados públicos de otras regiones, señaló el informe. Muchos recibieron llamados telefónicos amenazantes porque estaban ocupando puestos de trabajo que pertenecían a los locales.

Los actos de agresión cometidos en los últimos meses en Ouesso, la capital administrativa, y otras poblaciones en la Sangha, han sido culpados al FDJIS, que sostiene que todos los altos cargos en instituciones privadas y públicas deben ser ejercidos por funcionarios de la región.

En un incidente ocurrido en noviembre pasado, un fiscal y un juez del alto tribunal, ambos ekwils, fueron objeto de abusos verbales por parte de varios individuos desde el interior de un automóvil, cuando caminaban por una calle en Ouesso. "Los agresores profirieron amenazas que "ya nos encargaremos de ustedes".

Tambien un alto funcionario de la dirección de planeamiento regional fué obligado a dejar Ouesso secretamente tras haber sido amenazado por una turba que lo acusaba de haber baleado a un joven del lugar.

Las intimidaciones que han sufrido los forasteros en la región movió a un grupo de 48 maestros a pedir el traslado a otras partes del Congo. Los docentes dejaron el área incluso antes que su pedido fuera aprobado.

"El frente ha cobrado gran notoriedad como resultado de esos estallidos de activismo regional" , declaró Parfait Moukoko, presidente del OCDH. "A raíz de sus acciones, todas las firmas en la Sangha han tenido que dar trabajo a gente joven local antes de reclutar a cualquier otro".

"Segun el Frente, los locales deben ser empleados incondicionalmente, de lo contrario los jefes recalcitrantes pagarán las consecuencias", añadió.

El FDJIS, que está armado, ha sido extremadamente eficaz. En abril de 1995, miembros del grupo hicieron varias visitas al jefe de la oficina de la Industria Congolesa de la Madera (CIB), una firma privada, y le exigieron la exoneración de los forasteros.

El director asistente de CIB fué eventualmente obligado a aceptar que reservaría la mitad de todos los nuevos puestos de trabajo a locales a condición que tuvieran las calificaciones necesarias.

Con una mano de obra de 800 personas, CIB es la mayor firma maderera de Ouesso. La mayoría de los empleados son de Cuvette, al sur de la Sangha. El Frente atribuyó el hecho a que el gerente de personal de la compañía es oriundo de esa región.

Las acciones del Frente están vinculadas con el desarrollo económico regional. En los años '50, muy pocas personas de la Sangha buscaban trabajo en las cinco compañías madereras del lugar. Preferían cultivar cacao, que les proporcionaba ingresos muy superiores a los salarios de esas firmas, las cuales se vieron obligadas a reclutar personal de otras regiones.

Sin embargo, un auge petrolero a fines de los años '70 fue acompañado por una disminución de las exportaciones agrícolas, incluyendo el cacao. Como resultado, los compradores de cacao fueron cada vez más escasos en la Sangha, una situación agravada por el deterioro de los caminos que conducen a la región.

En 1980, la producción de cacao se derrumbó y la madera se convirtió en la industria principal de la Sangha.

Desde la extinción del cacao, los jovenes de la región han tropezado con crecientes dificultades para encontrar trabajo, además del hecho que muchos empleados públicos de la región y trabajadores del sector privado eran ekwils y agudizaban su descontento.

No obstante, los problemas en la Sangha tambien estan ligados al hecho que la estructura social de Congo ha sido despedazada por alzamientos políticos que, a su vez, degeneraron en choques étnicos en 1993 y provocaron la muerte de 2.500 personas.

Miles debieron escapar de vecindarios y regiones donde eran minoría y muy pocos regresaron.

"Cada uno en su región y Dios en todas. Los congoleños ya no tienen el sentimiento nacional de antes", lamentó Jean Pierre Cagna, un ex empleado público.

La mayoría de las nueve regiones del Congo son ahora homogéneas, como tambien los vecindarios en las principales ciudades.

En algunos casos, casamientos entre personas de diferentes grupos étnicos se derrumbaron, como el caso de Mabonzot Emile, un miembro de las fuerzas armadas que habitó en Bacongo, un suburbio de Brazzaville dominado por gente de la región sudoriental de Pool.

"Durante los enfrentamientos, personas como nosotros, los Nibolek (de las regiones sudoccidentales de Niari, Bouenza y Lekoumou) fueron asesinadas y perseguidas de Bacongo. Tengo a mi ex esposa y mis hijos que viven allí con la madre. Cuando perdimos uno de nuestros hijos debimos separarnos porque mi ex esposa no podía venir a mi vecindario", explicó.

En una reciente rueda de prensa que marcó el final de sus tres años de gestión en Congo, el embajador estadounidense William Ramsay exhortó a los congoleños que se consideraran miembros de un solo país.

"Si ustedes son incapaces de verse como congoleños y tambien Lari, Vili, Mboshi o Teke (grupos étnicos), corren el riesgo de un suicidio nacional", advirtió. "Mantengan su identidad étnica. Es parte de su espíritu y deben estar orgullosos de ella, pero sean congoleños al mismo tiempo", instó Ramsay.

Concientes de los peligros de limpiezas étnicas, las autoridades congoleñas han formulado repetidas exhortaciones a la unidad nacional, pero tomará años antes que las heridas cicatricen.

El general Paul Mbot, prefecto de Likouala, que es la región más septentrional de Congo y linda con la Sangha, aseguró recientemente que la situación en Ouesso se normalizó. Mbot, acusado de apoyar al FDJIS, dijo que el área estaba en calma desde que un consejo de notables y autoridades locales sae reunieron y comenzaron a discutir la situación.

No obstante, se informo que muchos ekwils siguen marchándose de la Sangha y, en otras regiones, los extranjeros todavía son indeseables. (FIN/IPS/tra-en/nrn/kb/ego/pr).

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