El gobierno de Colombia respondió hoy a la emboscada guerrillera en el sureño departamento de Nariño con el aumento de brigadas móviles para enfrentar nuevos ataques y facultades especiales a los gobernadores para coordinar operativos contrainsurgentes.
Las medidas, que agudizarían el conflicto armado que vive el país, fueron anunciadas por el presidente Ernesto Samper en la ciudad de Ipiales, en la frontera con Ecuador, a donde fueron llevados los cadáveres de los 31 soldados masacrados este lunes.
Samper anunció igualmente que denunciará el ataque ante la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, como una muestra de "quienes y cómo se están violando los derechos humanos en Colombia".
"Mientras en Ginebra se discute la posibilidad de imponer una sanción simbólica" a Colombia por su comportamiento en relación con los derechos humanos, en un departamento lejano del país "un grupo de guerrilleros asesinos masacraron a una patrulla de soldados casi niños", afirmó Samper.
Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Esguerra, afirmó que tras este ataque, la política del gobierno será "convencer a la guerrilla, a las buenas o a las malas, de que los colombianos lo que quieren es la paz".
Esguerra dijo que la masacre ocurrida en la localidad de Puerres en la noche del lunes, por un presunto grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "no tiene explicación de ninguna naturaleza".
El ataque guerrillero, el más grave de los últimos 10 años según los medios de comunicación, fue interpretado como una señal de que el gobierno "está perdiendo la guerra".
El general retirado Fernando Landazábal señaló que el ataque muestra la incapacidad de las Fuerzas Armadas para enfrentar la ofensiva guerrillera, que en lo que va de año lleva 15 asaltos con un saldo de más de 70 muertos, cerca de la mitad civiles.
Una fuente de la Asociación de Militares en Retiro (Acore) dijo que el Ejército está "perdiendo la guerra", porque en una situación como la actual es un error que el Ministerio de Defensa esté es manos de un civil.
La era de los civiles a cargo del Ministerio de Defensa se inició con el gobierno del presidente César Gaviria (1990-94), tras cuatro décadas durante las cuales este cargo fue desempeñado por militares.
Otro error sería que en la actualidad el comandante de las Fuerzas Militares sea un oficial de la Armada, Holdan Delgado, cuando se está librando una "guerra terrestre y no marítima".
Los militares en retiro señalaron, además, que "la extrema vigilancia de las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos en las guarniciones militares" han impedido que el ejército cumpla "eficazmente con su función de mantener el órden público".
La ofensiva, que se intensificó los días 7 y 8 con el llamado "paro armado", buscaría la consolidación del poder local de la guerrilla, que está actuando en unos 760 municipios del país con libertad de movilización, según el politólogo Alejandro Reyes, de la Universidad Nacional, la principal del país.
Este poderío de la guerrilla es enfrentado por el ejército, con persecuciones en las que resulta maltratada mayoritariamente la población campesina, añadió el politólogo, quien pronosticó un agravamiento del conflicto.
El ministro del Interior, Horacio Serpa, dijo que los ataques de la guerrilla "sólo están conduciendo a que los colombianos incrementen su odio y resentimiento hacia la subversión".
Sin embargo, el Consejero Presidencial Daniel García apuntó que el ataque está expresamdo las dimensiones de un conflicto de carácter político muy complejo al que imperativamente debe buscársele una salida política mediante el diálogo.
El diálogo entre el gobierno y la guerrilla se encuentran suspendidos desde 1992, tras los fallidos intentos durante la presidencia de Gaviria, que tuvieron lugar en Mexico y Venezuela. (FIN/IPS/yf/ag/ip/96)