El director cubano Tomás Gutierrez Aléa, uno de los pioneros del nuevo cine latinoamericano y realizador de "Memorias del Subdesarrollo" y "Fresa y Chocolate", falleció hoy a las cinco de la mañana.
Más conocido en su país como "Titón", el maestro por excelencia del cine cubano tenía 69 años y llevaba varios en una lucha constante contra el cáncer de pulmón que lo aquejaba.
Como buen hijo de una familia de la alta burguesía habanera, Titón pasó por la universidad para hacerse abogado y una vez graduado guardó su diploma en un cajón y se fue a Italia para cursar estudios en el Instituto de Cine.
En la Roma de los años 50, se familiarizó con el neorrealismo italiano, fue alumno de Cesare Zavattini y amigo del escritor colombiano Gabriel García Márquez y del cineasta argentino Fernando Birri.
A su regreso a La Habana, Titón figura entre los realizadores de "El Mégano", considerada una de los primeras películas del nuevo cine latinoamericano.
Tras el triunfo de los rebeldes dirigidos por el hoy presidente Fidel Castro, en 1959, participó en la creación del Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficos (ICAIC).
Entre los largometrajes que conforman su amplia filmografía se encuentran "Las doce sillas", "La muerte de un burócrata", "La última cena", "Los sobrevivientes", "Hasta cierto punto" y "Cartas del parque".
En la obra de Titón coinciden "Memorias del subdesarrollo", considerada la mejor película cubana de todos los tiempos, y "Fresa y Chocolate", la más premiada y el único exponente de la cinematografía de la isla que recibiera nominación al Oscar, el conocido premio estadounidense.
Cuando los amigos vivían esperando un desenlace fatal en cualquier momento, Titón volvió a aliarse con el joven director Juan Carlos Tabío (también codirector de "Fresa y Chocolate") y "sacó de abajo de la manga" su última película, "Guantanamera".
Recibida con dureza por la crítica nacional y muy aplaudida por el público, "Guantanamera" reflejó una vez más una de las mayores obsesiones del gran maestro del cine cubano: la burocracia.
Para algunos expertos, Titón produjo una filmografía crítica, política, reflexiva, donde se fundían la poesía y la dramaturgia en un esfuerzo por contribuir a reconocer la belleza.
Para Titón, el cine era un espectáculo que le interesaba como método estético que da placer, pero que le parecía mucho mejor cuando se estimulaba la reflexión sobre la realidad.
"Fresa y Chocolate" y "Guantanamera" fueron sus últimas películas, pero no sus últimos proyectos. Entre los sueños "pendientes", Gutiérrez Alea nunca abandonó la idea de filmar la continuación del destino del protagonista de "Memorias del subdesarrollo" en el exilio. (FIN/IPS/da/dm/cr/96)