CHINA: Advierten sobre extinción de delfín de río

El "baiji", una de las cinco especies de delfines de agua dulce que aún existen sobre la Tierra, podría extinguirse en los próximos 10 a 20 años, ya que habita únicamente en un río de China convertido en ruta comercial.

"Si no se toman medidas urgentes, el baiji será el primer cetáceo en extinguirse en tiempos modernos, y no por cambios evolutivos naturales, sino por causa del hombre", advirtió Bernd Wursig, presidente de la Sociedad de Estudios de Mamíferos Marinos de Estados Unidos.

También llamados "los delfines del río chino", los baiji, que habitan a lo largo de los 6.300 kilómetros del río Yangtze, sumaban varios miles en la década de 1950, pero ya a mediados de los años 80 quedaban únicamente 300.

Actualmente sólo suman 100 y, al igual que el oso panda y el caimán, se encuentran en la lista de las 20 especies de animales en vías de extinción del Centro Mundial de Conservación y Control, de Oxford, Gran Bretaña.

"Las tres especies están amenazadas, pero el número de pandas y caimanes chinos se ha estabilizado gracias a exitosos proyectos de reproducción artificial", señaló el profesor Zhang Xianfeng, jefe del departamento de investigación del Instituto de Hidrobiología de la Academia China de Ciencias.

Literalmente, "baiji" significa en chino "marsopa blanca sin aletas". La descripción escrita del animal puede encontrarse ya en el diccionario Erya, el más antiguo de China, compilado en los primeros años de la dinastía Han (206 A.C.-220 D.C.).

Semejante a un delfín marino, el baiji posee una pequeña nariz redonda en lo alto de su cabeza. Un macho adulto mide aproximadamente dos metros de largo y pesa unos 100 kilogramos, mientras la hembra puede medir hasta 2,5 metros de largo y pesar 170 kilogramos.

Su visión es deficiente debido al agua barrosa del río, pero ha desarrollado un sistema especial de sonar para detectar a sus presas. Cuando "habla", suena como un chasquido o un silbido para el oído humano, explicó Zhang.

El hábitat del Yangtze es tan particular que hasta ahora los esfuerzos por preservar al delfín en otros ambientes naturales o controlados han fracasado, pero por otra parte es evidente que el animal no podrá sobrevivir en un río que se ha transformado en una importante ruta de transporte comercial.

El hombre es el principal depredador del baiji. Los científicos estiman que sólo 10 por ciento de las muertes se debieron a causas naturales en la última década.

Una de las principales amenazas procede de los buques y lanchas a motor. La carga transportada por el río aumentó de seis millones de toneladas en 1983 a 13 millones de toneladas en 1994.

Además de la suciedad, los delfines, con su aguda audición, son víctimas de la contaminación por ruido. Otros encuentran un destino más sangriento al ser alcanzados por las hélices de los barcos.

Los explosivos utilizados para limpiar de sedimentos las líneas marítimas también constituyen una amenaza. Sólo en 1974, seis baijis, entre ellos dos hembras preñadas, estallaron en pedazos durante una única operación, y el pasado febrero otro delfín corrió la misma suerte.

Otra causa de la desaparición de los baijis es la pesca excesiva, que los priva de alimentos. En los últimos 10 años fueron encontrados seis delfines muertos de inanición.

Finalmente, la construcción de represas ha alterado el equilibrio ecológico del río de tal forma que afectó gravemente la reproducción de la especie, que comienza a partir de los ocho o nueve meses de edad.

Abril y mayo son los meses tradicionales de apareamiento, y la gestación dura de 10 a 11 meses. Generalmente nace una sola cría en cada parto.

"La población de delfines baiji está disminuyendo de forma alarmante y no se puede esperar que aumente a menos que los proyectos de reproducción artificial den resultado", advirtió Liu Renjun, colega de Xianfeng en el Instituto de Hidrobiología.

Científicos chinos comenzaron a experimentar con la reproducción artificial de la especie en los años 80, y han reportado progresos en la investigación de la fisiología reproductiva de la especie y en la recolección de espermatozoides.

No obstante, "aún queda un larguísimo camino por recorrer antes de alcanzar el éxito", señaló Zhang, quien subrayó la urgente necesidad de cooperación económica.

"Con fondos suficientes podremos mejorar las reservas naturales y equipar adecuadamente los laboratorios. No podemos anticipar cuándo tendrán éxito nuestros proyectos, pero trabajaremos duro para lograrlo", prometió. (FIN/IPS/tra-en/cx- lh/cpg/ml/en/96)

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